Trump y sus órdenes ejecutivas: un análisis satírico de SNL
El presidente Donald Trump ha alcanzado oficialmente el hito de los 100 días en su segundo mandato, un momento que se siente menos como un logro y más como un sueño febril interminable. Para conmemorar esta ocasión, Saturday Night Live (SNL) comenzó con un Cold Open que presentaba la impecable (y profundamente extraña) imitación del presidente por James Austin Johnson.
Las órdenes ejecutivas de Trump en la sátira
Al igual que Franklin D. Roosevelt, pero de una manera extremadamente específica, Trump tiene una profunda afición por firmar órdenes ejecutivas. Legal y constitucionalmente, algunas de las órdenes de Trump han sido poco más que comunicados de prensa glorificados. Sin embargo, las órdenes ejecutivas del Trump de SNL se desvían hacia la diversión absurda.
Entre los momentos destacados del Cold Open se encuentra una orden que restablece el Día de Colón, algo que el verdadero Trump planea hacer, a pesar de que ya es un día festivo reconocido a nivel federal. Otra, denominada la «Ley Belichick», hace que sea socialmente aceptable que hombres mayores de 70 años salgan con mujeres recién graduadas de la universidad.
La locura de las órdenes absurdas
Además, hay una orden que exige menos parejas interracial en los comerciales de televisión, y otra destinada a facilitar el juego de conexiones del New York Times. Honestamente, entendemos su frustración, señor presidente. Y, por supuesto, hay una orden ejecutiva que prohíbe a los bebés hispanos perforarse las orejas, algo que Trump, por supuesto, culpa a Marco Rubio.
Existen más joyas en el sketch que no vamos a revelar, pero lo que hace que la sátira golpee de manera diferente es la sensación inquietante de que, sí… él podría intentar algunas de estas cosas. Y esa es la parte que no resulta tan graciosa.
Reflejos de la realidad en la comedia
La comedia de SNL no solo busca entretener, sino que también actúa como un espejo de la realidad política. A través de la sátira, se exploran las absurdidades de las decisiones del presidente, llevándolas al extremo para resaltar su falta de sentido. Este enfoque permite a la audiencia reflexionar sobre la seriedad de las acciones políticas mientras se ríen de la locura que a menudo las rodea.
En un momento en que la política parece más un espectáculo que un servicio público, SNL se convierte en un espacio donde se puede criticar y cuestionar a los líderes de una manera accesible y entretenida. La línea entre la realidad y la ficción se difumina, y lo que podría parecer un simple sketch se convierte en una crítica mordaz de la administración actual.
