Ford ha anunciado un aumento de precios en su SUV totalmente eléctrico Mustang Mach-E y en la popular camioneta de entrada Maverick, con incrementos que alcanzan hasta los $2,000. Esta decisión se debe a los aranceles impuestos por el presidente Donald Trump sobre los vehículos fabricados en México, según reporta Reuters. Este cambio en la política de precios podría complicar aún más la situación para los fabricantes de automóviles tradicionales como Ford, que ya enfrentan desafíos significativos en la venta de sus vehículos eléctricos (EV).
Impacto de los aranceles en la industria automotriz
El aumento de precios se produce en un contexto donde Ford ya estaba experimentando pérdidas millonarias al intentar escalar su programa de vehículos eléctricos. La situación podría volverse aún más complicada si se elimina el crédito fiscal federal de $7,500 para vehículos eléctricos, una posibilidad que tanto Trump como el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, han insinuado. Este crédito ha sido un incentivo crucial para los consumidores que consideran la compra de un EV, y su eliminación podría reducir aún más la demanda.
Costos adicionales para Ford y General Motors
Ford ha estimado que los aranceles agregarán $2.5 mil millones a los costos de la compañía durante el resto de 2025. Por su parte, General Motors ha indicado que el impacto podría ser tan alto como $5 mil millones. Estos costos adicionales no solo afectan la rentabilidad de las empresas, sino que también pueden llevar a un aumento generalizado de precios en el mercado de vehículos eléctricos, lo que podría desincentivar a los consumidores a optar por estos modelos más sostenibles.
Reacciones y futuro del mercado de vehículos eléctricos
A pesar de los desafíos, Ford no ha emitido comentarios inmediatos sobre esta situación. La industria automotriz se encuentra en un punto de inflexión, donde las decisiones políticas y económicas están influyendo directamente en la estrategia de las empresas. Con la creciente presión para adoptar tecnologías más limpias y sostenibles, el futuro de los vehículos eléctricos dependerá en gran medida de cómo las empresas manejen estos nuevos costos y de la respuesta del consumidor ante los cambios de precios.
