En un giro desafortunado, Alaska Airlines se vio obligada a cancelar cientos de vuelos debido a un fallo técnico en su infraestructura de IT. Este incidente ha dejado a más de 50,000 pasajeros en la incertidumbre, mientras la aerolínea trabaja para restablecer sus operaciones.
La aerolínea confirmó en un comunicado que un problema en su centro de datos principal provocó una parada temporal en las operaciones de sus vuelos, así como los de Horizon Air, su filial. A pesar de las especulaciones sobre un posible ciberataque, Alaska Airlines aseguró que no se trató de un incidente de seguridad informática.
Fallo del sistema y sus consecuencias
Este incidente no es un caso aislado; representa la segunda interrupción significativa en el servicio de Alaska Airlines en menos de seis meses. En julio, una falla similar resultó en la paralización de las operaciones durante aproximadamente tres horas. A pesar de las mejoras implementadas tras la primera interrupción, el reciente fallo subraya la necesidad de seguir trabajando en la estabilidad del sistema.
Según el comunicado, el problema afectó a varios sistemas clave necesarios para las operaciones diarias. La aerolínea se comprometió a llevar a cabo una revisión exhaustiva con la ayuda de expertos externos para diagnosticar los problemas en su infraestructura de IT, con el fin de evitar futuros incidentes similares.
Impacto en los pasajeros
La interrupción causó la cancelación de más de 400 vuelos, afectando a decenas de miles de pasajeros en todo Estados Unidos. Las largas filas en los aeropuertos y las esperas en el servicio al cliente fueron escenas comunes durante las horas críticas de la crisis. Muchos pasajeros se vieron atrapados en aviones en tierra, mientras que otros enfrentaron dificultades para encontrar asistencia para reprogramar sus vuelos.
Por ejemplo, un viajero de Denver, que tenía previsto regresar a Seattle, fue reprogramado en múltiples ocasiones, complicando su viaje más de lo esperado. Otros viajeros también experimentaron frustraciones similares, con vuelos cancelados sin previo aviso y largas esperas en las líneas telefónicas de atención al cliente.
Reacción de Alaska Airlines
En su declaración, Alaska Airlines aseguró que la seguridad de los pasajeros nunca se vio comprometida durante el incidente. Sin embargo, reconocieron que el nivel de servicio ofrecido no es aceptable y que es necesario mejorar la confiabilidad de las operaciones. “Sabemos que nuestros huéspedes confían en nosotros y estamos comprometidos a restaurar esa confianza”, afirmaron los representantes de la aerolínea.
Además, la aerolínea decidió posponer una reunión programada con analistas de Wall Street para enfocarse en la recuperación de las operaciones y el apoyo a los viajeros afectados. Aunque no se ha determinado el impacto financiero de este último fallo, se anticipa que las pérdidas se reflejarán en los resultados del cuarto trimestre.
Un sistema vulnerable
Expertos en aviación han señalado que el panorama actual de la industria aérea puede ser sumamente frágil. La combinación de tecnologías nuevas y antiguas puede crear vulnerabilidades, haciendo que una pequeña falla en un sistema afecte drásticamente la operatividad de una aerolínea. La experiencia de Alaska Airlines resalta la importancia de contar con sistemas redundantes que respalden las operaciones críticas ante cualquier problema.
La situación reciente invita a reflexionar sobre la capacidad de la aerolínea para gestionar crisis. Aunque estas interrupciones no comprometen la seguridad de los vuelos, el impacto en la experiencia del cliente puede ser significativo, generando insatisfacción entre los pasajeros. Sin embargo, algunos analistas consideran que la reputación de Alaska Airlines no se verá gravemente afectada a largo plazo, ya que la mayoría de los viajeros toman decisiones basadas en la programación y la red de vuelos disponibles.

