En un esfuerzo por abordar las desigualdades raciales y económicas, Apple inauguró la Apple Developer Academy en Detroit, una iniciativa en el marco de su inversión de $200 millones tras las protestas de Black Lives Matter. Este programa busca proporcionar habilidades tecnológicas a personas de color en una de las ciudades más empobrecidas de Estados Unidos. Desde su apertura, ha atraído a más de 1,700 estudiantes de diversos orígenes y niveles de experiencia en tecnología.
A pesar de la promesa inicial, algunos participantes, como Lizmary Fernandez, han reportado dificultades. Aunque se unió al programa con aspiraciones de convertirse en abogada, su experiencia no ha sido tan satisfactoria como esperaba. La ayuda económica ofrecida para cubrir los gastos de vida fue insuficiente, lo que llevó a muchos estudiantes a depender de asistencia gubernamental. “Muchos de nosotros tuvimos que recurrir a los cupones de alimentos”, comenta Fernandez.
Un programa inclusivo pero complicado
La academia, que ofrece un curso de diez meses en colaboración con la Universidad Estatal de Michigan, ha visto graduarse a aproximadamente 600 estudiantes. La diversidad en el aula es notable, con participantes que van desde jóvenes de 18 años hasta abuelos que buscan aprender a programar aplicaciones. Esta variedad en edad y experiencia, aunque enriquecedora, plantea desafíos en la enseñanza y en la medición del éxito de los estudiantes.
Experiencias de los graduados
A pesar de las dificultades, muchos graduados destacan los aspectos positivos de la academia. Min Thu Khine, por ejemplo, ahora trabaja en el Genius Bar de una tienda Apple y se encuentra mentorando a otros estudiantes. “La academia cambió mi vida”, afirma, mostrando cómo el programa ha abierto puertas a nuevas oportunidades. Investigadores como Quinn Burke elogian la calidad de la instrucción presencial y la estructura del programa, que supera a muchos bootcamps de codificación que a menudo dejan a los estudiantes con deudas y habilidades limitadas.
Desafíos en el camino hacia el empleo
El camino hacia el empleo no es sencillo. A pesar de que aproximadamente el 71% de los graduados han conseguido trabajos de tiempo completo en diversos sectores, algunos estudiantes se sienten inseguros acerca de su futuro en la industria tecnológica. Las habilidades adquiridas en la academia, que se centran principalmente en el desarrollo de aplicaciones para el sistema operativo iOS de Apple, pueden limitar las oportunidades en un mercado laboral cambiante. Ashley Rea Maharaj, profesora asistente en la Universidad del Norte de Texas, señala que el panorama laboral para los desarrolladores junior es actualmente el más desafiante en años.
El costo de la educación y la sostenibilidad del programa
El costo por estudiante en la academia asciende a alrededor de $20,000, un gasto considerable que plantea preguntas sobre la sostenibilidad del programa. A pesar de los esfuerzos de Apple y otros financiadores, algunos estudiantes como Fernandez han encontrado el apoyo financiero insuficiente para cubrir sus necesidades básicas mientras estudian. “Me apoyé en turnos de camarera y ayudas del gobierno”, relata, reflejando la difícil realidad que muchos enfrentan.
La academia no solo se enfoca en la creación de aplicaciones, sino que también ha fomentado la creación de 62 aplicaciones y 13 negocios emergentes, desde talleres de animación para niños hasta herramientas de subtitulación para conferencias. Sin embargo, la falta de transparencia sobre los datos de empleo de los graduados ha generado críticas, ya que se espera que estas iniciativas sean responsables de los resultados de sus egresados.
El futuro de la Apple Developer Academy
Mirando hacia el futuro, la academia busca adaptarse a un mundo tecnológico en constante evolución. Apple ha comenzado a incorporar la inteligencia artificial en sus programas de enseñanza, preparando a los estudiantes para un mercado laboral que se transforma rápidamente. Sin embargo, el éxito a largo plazo del programa dependerá de su capacidad para mantenerse relevante y adaptarse a las nuevas tecnologías.
La Apple Developer Academy de Detroit representa un esfuerzo significativo para promover la inclusión en la tecnología. No obstante, las experiencias de los estudiantes resaltan la necesidad de seguir mejorando la estructura del programa y el apoyo brindado. La pregunta que queda es si esta academia logrará equipar a sus alumnos con las herramientas necesarias para prosperar en un sector tan competitivo como el tecnológico.

