Australia ha logrado un avance significativo en la tecnología de defensa al desarrollar el dron submarino Ghost Shark en colaboración con la empresa Anduril. Este innovador vehículo submarino no tripulado (XLUUV) comenzará sus operaciones en aguas australianas el próximo año, gracias a un contrato de AUS$1.7 mil millones (US$1.1 mil millones). Esta iniciativa destaca por su rapidez de implementación y por la necesidad urgente de Australia de fortalecer sus capacidades defensivas frente a la creciente amenaza de China en la región del Indo-Pacífico.
Detalles del contrato y su importancia
El contrato de cinco años que Australia ha firmado con Anduril asegura la entrega, mantenimiento y desarrollo continuo del Ghost Shark. Este acuerdo representa un cambio significativo en la forma en que Australia aborda la adquisición de tecnología de defensa, garantizando ingresos recurrentes al integrarse en el presupuesto de defensa del país. La urgencia de desarrollar nuevas capacidades es evidente, especialmente ante la expansión naval de China y sus recientes ejercicios militares provocativos cerca de las costas australianas.
Chris Brose, presidente de Anduril, enfatiza que el éxito de este proyecto se debe a la seriedad y creatividad del gobierno australiano. “Al final del día, esto se reduce a tener seriedad, imaginación y voluntad para concebir una nueva idea y llevarla a cabo. Y eso es lo que ha hecho el gobierno australiano”, declaró Brose. Australia, a pesar de su menor población y recursos limitados, ha demostrado que puede realizar avances significativos en defensa.
Comparativa con el desarrollo estadounidense
En contraste, el único XLUUV en desarrollo por Estados Unidos, el Orca de Boeing, ha sufrido retrasos significativos. Mientras tanto, Anduril y Australia co-desarrollaron y financiaron conjuntamente el Ghost Shark en 2022, invirtiendo cada uno US$50 millones. El primer prototipo fue entregado en abril de 2024, un año antes de lo previsto, y ya se ha iniciado la producción en serie.
Anduril ha optado por arriesgar parte de su capital para mitigar los riesgos asociados al proceso de adquisición de Australia, lo cual ha permitido establecer un modelo de defensa más ágil y eficiente. Este enfoque proactivo contrasta marcadamente con el programa estadounidense, que ha estado estancado durante casi una década y ha gastado considerablemente más en su desarrollo sin los resultados esperados.
El futuro del Ghost Shark y su potencial global
Anduril no se detiene en Australia. Shane Arnott, vicepresidente de la división marítima de la compañía, afirmó que el Ghost Shark puede ser rápidamente “adaptado en el país”, lo que permite a los gobiernos integrar módulos de carga específicos según sus necesidades. Además, Anduril ya ha producido una carga útil para Estados Unidos que se está probando en la costa de California, y ha establecido una fábrica de 150,000 pies cuadrados en Rhode Island para la producción de Ghost Sharks en caso de que surja un contrato.
La presión sobre Australia para fortalecer su defensa es clara. Al ser la nación insular más grande con una población limitada y una proximidad estratégica a adversarios occidentales, es crucial para el país contar con tecnologías avanzadas como el Ghost Shark. Este desarrollo no solo representa un avance tecnológico, sino también una respuesta necesaria a las dinámicas de seguridad en el Indo-Pacífico.
