El presidente de EE.UU., Donald Trump, se presentó ante una multitud entusiasta en la conferencia de criptomonedas Bitcoin 2024, celebrada en julio. Su mensaje fue claro y contundente: desea convertir a EE.UU. en la superpotencia indiscutible en la minería de bitcoin. «Quiero que se mine, acuñe y fabrique en EE.UU.», afirmó con energía. Sin embargo, detrás de este ambicioso plan, hay matices que podrían complicar su ejecución.
Compromisos y contradicciones en la política de criptomonedas
Desde su regreso a la Casa Blanca, Trump ha estado cumpliendo en gran medida sus promesas en el mundo de las criptomonedas. Ha propuesto establecer una reserva nacional de bitcoin, reemplazó al líder de la agencia reguladora que más persiguió a las empresas de criptomonedas bajo la administración anterior, y nombró a un «zar de las criptomonedas» para ayudar a crear reglas claras para el sector. Sin embargo, su enfoque sobre la minería de bitcoin parece ser una mezcla de esfuerzos y obstáculos. ¿Logrará realmente su objetivo?
Cuando Trump anunció nuevos aranceles punitivos sobre 57 países el 2 de abril, las empresas mineras de EE.UU., que dependen en gran medida de dos proveedores chinos dominantes, vieron un aumento drástico en los costos de hardware. Estos aranceles incluyen un gravamen sobre envíos desde China, que se revisó a un 55%, además de tarifas entre el 24% y el 36% para Indonesia, Tailandia y Malasia, donde algunas máquinas son fabricadas por empresas chinas. Sin embargo, estos aranceles también prometen un impulso a los pequeños fabricantes estadounidenses cuya maquinaria no está sujeta a estas altas tarifas de importación. ¿Es este el momento para que los fabricantes locales salgan a brillar?
El dilema de las empresas mineras estadounidenses
La capacidad de los fabricantes de hardware estadounidenses para aprovechar cualquier ventaja relacionada con los aranceles dependerá de si sus clientes, las empresas mineras, pueden resistir un periodo de inestabilidad económica aguda que esos mismos aranceles podrían agravar. Para garantizar el suministro, las empresas mineras suelen firmar acuerdos a largo plazo con los fabricantes, lo que significa que se enfrentarán a la posibilidad de pagar nuevos aranceles de importación sobre pedidos no cumplidos con proveedores chinos. Ante esta situación, algunas empresas mineras ya están pivotando hacia la inteligencia artificial y otras operaciones de centros de datos en busca de beneficios más confiables. ¿Es la diversificación la clave para sobrevivir en este panorama?
Chris Bendiksen, líder de investigación de bitcoin en la firma de inversión CoinShares, advierte: «Si las cosas continúan así, la minería seguirá siendo desplazada de EE.UU.». A pesar de las promesas de Trump, el camino hacia una minería de bitcoin completamente estadounidense, realizada en suelo estadounidense por empresas locales utilizando hardware fabricado en el país, podría desmoronarse desde el principio. ¿Estamos ante un sueño americano que se desvanece?
Reacciones y la búsqueda de alternativas
En respuesta a las preocupaciones sobre los aranceles, el portavoz de la Casa Blanca, Kush Desai, rechazó la idea de que estos puedan socavar las ambiciones de Trump para la industria de la minería de bitcoin. «Se pueden lograr dos cosas a la vez», afirmó, mientras describía la intención de reubicar la fabricación de hardware y utilizar la política energética como una palanca para reducir los costos para las empresas mineras. Pero, ¿será suficiente para cambiar el rumbo?
La minería de bitcoin es una verdadera carrera armamentista en hardware: para ganar el derecho a procesar un lote de transacciones y reclamar la recompensa asociada de bitcoin, las empresas mineras compiten en una intensa carrera para resolver un rompecabezas computacional. Para asegurarse de que su flota sea lo suficientemente potente para superar a la competencia, los mineros deben reemplazar constantemente el hardware viejo por las máquinas más avanzadas. En este mercado, dos gigantes chinos, Bitmain y MicroBT, dominan, controlando un 97% del mercado, según el Cambridge Centre for Alternative Finance. ¿Cómo pueden los mineros estadounidenses competir en este entorno tan desigual?
A pesar de que algunas empresas, como Auradine, con sede en Santa Clara, están bien posicionadas para aprovechar la situación, el futuro de la minería de bitcoin en EE.UU. está lleno de incertidumbres. Las empresas mineras que operan en el país ya están luchando por diversificarse, reconfigurando sus instalaciones para adaptarse a la formación de inteligencia artificial y la computación de alto rendimiento. Solo unas pocas grandes empresas, como CleanSpark, siguen comprometidas exclusivamente con la minería de bitcoin. «La mayoría de los mineros están arrojando la toalla», concluye Bendiksen. ¿Estamos ante el fin de una era para la minería de bitcoin en EE.UU.?
El futuro de la minería de bitcoin en EE.UU.
Con los nuevos aranceles aún en pie, las empresas mineras de bitcoin se encuentran en un estado de espera. La incertidumbre sobre el impacto financiero de estos aranceles se mantendrá hasta que termine la pausa de 90 días, lo que ha llevado a las empresas a retrasar decisiones sobre la adquisición de hardware. Esta situación plantea serias preguntas sobre si las ambiciones de Trump para crear un ecosistema de minería de bitcoin totalmente estadounidense son viables o simplemente palabras vacías. Mientras tanto, los líderes de la industria están buscando nuevas formas de adaptarse a un entorno cada vez más desafiante. ¿Qué futuro le espera a la minería de bitcoin en el país?
