¿Sabías que el 4 de julio de 2025, el presidente Donald Trump firmó una ley que podría cambiar radicalmente el panorama energético en Estados Unidos? Con un extenso documento de casi 900 páginas, esta nueva legislación, promovida por los republicanos en el Congreso, reduce drásticamente las ayudas a las energías renovables y, en cambio, amplia las subvenciones a los combustibles fósiles. ¿Qué significa esto para los estadounidenses? En pocas palabras, enfrentarán costos más altos por una energía más contaminante, a pesar de que cada vez hay más demanda y apoyo público por alternativas más limpias.
¿Qué trae la nueva legislación?
Conocida como el One Big Beautiful Bill Act, esta ley ha suscitado críticas por eliminar miles de millones de dólares que la Ley de Reducción de la Inflación de 2022 había destinado a fomentar la fabricación y el uso de energía renovable, como la solar y eólica. Este giro pone en jaque proyectos que podrían haber acelerado nuestra transición hacia fuentes de energía más sostenibles. ¿Sabías que estas energías han demostrado ser las más eficientes para generar electricidad en los últimos años?
Las proyecciones son alarmantes. Si se implementan estos recortes, se estima que se generarán 820 teravatios-hora menos de electricidad renovable para 2035, ¡una cifra que supera la producción total de todas las plantas de carbón en EE.UU. en 2023! Esta disminución podría ser devastadora para los esfuerzos destinados a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y combatir el cambio climático.
Impacto en los consumidores
Pero, ¿cómo nos afecta esto a nosotros, los consumidores? Aquellos que intentan reducir su huella de carbono y sus costos de energía verán cómo las deducciones fiscales para vehículos eléctricos se eliminan el 30 de septiembre de 2025. Esto podría desincentivar la compra de alternativas más limpias. Además, las mejoras en la eficiencia energética de los hogares, como las bombas de calor y las ventanas eficientes, también perderán beneficios fiscales a finales de 2025, lo que incrementará los costos para los propietarios.
Se prevé un aumento de más de $280 en los gastos anuales de energía por hogar para 2035. Esto significa que las familias tendrán que enfrentar un panorama energético más costoso y menos sostenible. Las decisiones políticas que priorizan los combustibles fósiles sobre las energías renovables repercutirán directamente en nuestros bolsillos.
¿Qué futuro nos espera en el sector energético?
A medida que esta legislación se implemente, el impacto en el sector energético será significativo. Las empresas que intenten establecer nuevos proyectos de energía renovable se enfrentarán a restricciones severas, especialmente en lo que respecta a componentes fabricados en China. Esto complicará aún más la capacidad de los desarrolladores para llevar a cabo sus planes. Algunos expertos han calificado estas restricciones como “inviables”, lo que sugiere que nuestra transición hacia una economía más verde se verá gravemente obstaculizada.
Mientras tanto, el apoyo a los biocombustibles y combustibles fósiles en esta nueva ley abre más terrenos federales a la extracción de petróleo y gas. Esto refuerza aún más nuestra dependencia de fuentes de energía que contribuyen a la crisis climática. Al permitir que las empresas ignoren los efectos ambientales de los biocombustibles, estamos en riesgo de comprometer aún más la salud del planeta. ¿Hasta cuándo seguiremos permitiendo que esto suceda?
