Investigadores de la Universidad de Missouri están trabajando arduamente para hacer que la energía de hidrógeno sea lo más segura posible. A medida que más países e industrias apuestan por energías renovables, el uso de fábricas y vehículos impulsados por hidrógeno va en aumento. Sin embargo, el hidrógeno conlleva riesgos significativos, ya que las fugas pueden provocar explosiones y daños ambientales. La mayoría de los sensores de detección de hidrógeno disponibles son costosos, no funcionan de manera continua y carecen de la sensibilidad necesaria para detectar fugas minúsculas de forma rápida.
Desarrollo de un sensor innovador
Para abordar estas preocupaciones, la investigadora Xiangqun Zeng y su equipo en la Facultad de Ingeniería han diseñado el sensor de hidrógeno ideal. Su enfoque se centra en seis características clave: sensibilidad, selectividad, rapidez, estabilidad, tamaño y costo. Recientemente, en un estudio publicado en la revista ACS Sensors, presentaron un prototipo asequible, duradero y super-sensible, capaz de detectar incluso las fugas más pequeñas de hidrógeno en cuestión de segundos. Lo más destacable es su tamaño, comparable al de una uña.
El sensor fue creado mediante la mezcla de diminutos cristales de platino y níquel con líquidos iónicos. En comparación con los productos existentes, este nuevo sensor sobresale en rendimiento y durabilidad. La doctora Zeng explicó: «El hidrógeno puede ser complicado de detectar ya que no se puede ver, oler ni probar. Nuestro objetivo es desarrollar sensores más pequeños, asequibles, altamente sensibles y que funcionen de manera continua en tiempo real».
Perspectivas futuras y aplicaciones
Aunque el nuevo sensor de hidrógeno aún se encuentra en fase de pruebas en el laboratorio, Zeng espera poder comercializarlo para el año 2027. La Universidad de Missouri está comprometida con la investigación en este ámbito, ya que priorizar la energía renovable será fundamental para el nuevo Centro de Innovación Energética, que se espera inaugurar en 2028 en su campus.
La creación de sensores mejorados con aplicaciones amplias en salud, energía y medio ambiente ha sido la misión de Zeng a lo largo de su carrera. «Mi especialidad es desarrollar tecnología de medición de próxima generación, y durante más de 30 años he priorizado proyectos que puedan tener un gran impacto en la sociedad», afirmó Zeng, quien también tiene un cargo en la Facultad de Artes y Ciencias. «Si vamos a desarrollar sensores que puedan detectar gases explosivos, debe hacerse en tiempo real para ayudar a las personas a mantenerse lo más seguras posible».
Conclusiones y relevancia del estudio
El desarrollo de este sensor de hidrógeno no solo representa un avance significativo en la seguridad de la energía renovable, sino que también subraya la importancia de la investigación continua en este campo. Con la creciente demanda de soluciones energéticas más limpias, la capacidad de detectar fugas de hidrógeno de manera eficiente será crucial para prevenir accidentes y proteger el medio ambiente. Este avance podría marcar un antes y un después en la forma en que se utiliza el hidrógeno como fuente de energía, asegurando que su implementación sea tanto efectiva como segura.