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El ascenso de Labubu: la sensación internacional de juguetes en 2025

Descubre la historia detrás de Labubu, el muñeco de peluche que está cautivando a la Generación Z en todo el mundo.

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El mundo de los juguetes ha sido testigo de un fenómeno extraordinario con el surgimiento de Labubu, un monstruo de peluche que ha conquistado a la comunidad Gen-Z en 2025. Esta sensación cultural no es solo un producto; representa la culminación de una rica narrativa tejida a partir de diversas influencias que abarcan múltiples países y culturas. Sin embargo, la historia de Labubu va más allá de su apariencia adorable; es un relato de globalización, creatividad y la evolución de la industria del juguete.

La historia de Labubu ilustra de manera notable cuán interconectado se ha vuelto nuestro mundo. Imagina un juguete fabricado por un productor chino, diseñado por un artista neerlandés en Bélgica, inspirado en la cultura indie de juguetes de Hong Kong y ganado fama gracias a una estrella del K-pop tailandés. Esta intrincada red de colaboración y creatividad resalta la naturaleza global de la cultura contemporánea.

Rastreando los orígenes de Labubu

El origen de Labubu se remonta a la vibrante escena de fabricación de juguetes en Hong Kong durante finales del siglo XX. En las décadas de 1970 y 1980, Hong Kong se convirtió en una potencia manufacturera, atrayendo a grandes nombres como Mattel y Disney, que externalizaban su producción debido a los bajos costos laborales. Esta era moldeó significativamente el paisaje de los juguetes, creando una generación de jóvenes soñadores que anhelaban crear sus propios productos.

La influencia de la infancia en la industria del juguete de Hong Kong

Howard Lee, fundador de How2Work, un estudio de juguetes local, reflexiona sobre cómo este entorno influyó en su crianza. Recuerda: “Muchos padres trabajaban en fábricas de juguetes, a menudo llevando a casa juguetes imperfectos de las líneas de producción.” Este acceso a juguetes defectuosos despertó en los niños el deseo de poseer versiones perfectas que no podían permitirse, llevando a muchos a seguir carreras en la industria del juguete al crecer. Lee mismo hizo la transición de la publicidad a la fundación de su estudio de juguetes en 2001, abriendo camino para que artistas locales transformaran sus visiones artísticas en productos tangibles.

La evolución de la fabricación de juguetes

A medida que se acercaba el nuevo milenio, la fabricación comenzó a trasladarse de Hong Kong a ciudades cercanas en la China continental, donde los costos eran aún más bajos. Sin embargo, los diseñadores de Hong Kong mantenían una ventaja crítica: su proximidad y comprensión de los mercados tanto occidentales como chinos. Lee explica: “Si un diseñador de Japón o América necesitaba producir un juguete, a menudo dependía de una red de agentes que podía tomar semanas. Nosotros podíamos simplemente visitar las fábricas en Dongguan y comunicarnos directamente con los trabajadores.”

El crecimiento de los juguetes de diseñador

Fue a través de estas fábricas más pequeñas, a menudo asociadas con la producción de falsificaciones, que muchos diseñadores de Hong Kong pudieron innovar y refinar sus conceptos de juguetes. Esta colaboración dio lugar al movimiento de juguetes de diseñador, caracterizado por ediciones limitadas de creaciones únicas dirigidas a mercados de nicho. El juguete Labubu, diseñado por Kasing Lung, ejemplifica esta tendencia al combinar visión artística con métodos de producción accesibles.

En 2015, Labubu debutó en una convención de juguetes en Taipéi con solo 60 figuras de vinilo. Lee y Lung enfrentaron desafíos, como recursos limitados que los obligaron a utilizar técnicas de producción más económicas. Se adaptaron alterando las proporciones del juguete, creando un aspecto distintivo que diferenciaba a Labubu. Curiosamente, el primer lote fue pintado en vivo durante la convención, estableciendo una tradición para futuros lanzamientos.

El éxito global de Labubu

La combinación única de la cultura de Hong Kong y el toque artesanal de sus creadores ha resonado con audiencias de todo el mundo. Derek Sulger, una figura prominente en la moda y el arte de lujo, señala: “Labubu encarna una mezcla única de estéticas de Hong Kong y la China continental, creando una nueva definición de ternura.” Este estilo cute de Hong Kong ha demostrado tener un atractivo universal, trascendiendo fronteras culturales.

Hoy, Pop Mart, la empresa detrás de Labubu, ha logrado aprovechar las capacidades de fabricación de China para crear un imperio de 45 mil millones de dólares. Fundada en 2010, Pop Mart ha transformado la industria de juguetes de diseñador de nicho en un fenómeno global. Su colaboración con Lung desde 2019 les ha permitido producir una amplia gama de juguetes que atraen a mercados internacionales.

La evolución de la manufactura china

El ascenso de Pop Mart se alinea con la transformación más amplia de la manufactura china, que ha pasado de la producción de bajo costo a empresas impulsadas por la innovación. Similar a gigantes tecnológicos como DJI, que evolucionaron de productores de falsificaciones a líderes en la industria de drones, Pop Mart ejemplifica cómo las marcas chinas están moldeando ahora tendencias culturales globales.

La historia de Labubu ilustra de manera notable cuán interconectado se ha vuelto nuestro mundo. Imagina un juguete fabricado por un productor chino, diseñado por un artista neerlandés en Bélgica, inspirado en la cultura indie de juguetes de Hong Kong y ganado fama gracias a una estrella del K-pop tailandés. Esta intrincada red de colaboración y creatividad resalta la naturaleza global de la cultura contemporánea.0

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Escrito por Staff

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