Un aterrizaje desafortunado
La misión lunar Athena de Intuitive Machines ha llegado a un abrupto final, apenas un día después de haber aterrizado en el polo sur de la Luna. El módulo de aterrizaje, que se esperaba que realizara una serie de experimentos científicos, se volcó poco después de tocar el suelo lunar. Este incidente marca la segunda vez consecutiva que la empresa enfrenta un contratiempo similar, ya que su nave Odysseus también se volcó tras aterrizar en febrero pasado.
Logros a pesar de los contratiempos
A pesar de este desafortunado desenlace, Intuitive Machines ha informado que logró “acelerar varios hitos del programa y de la carga útil” antes de que Athena se quedara sin energía. La empresa pudo desplegar algunos experimentos, incluyendo el Polar Resources Ice Mining Experiment de la NASA, que cuenta con un taladro capaz de penetrar hasta tres pies en la superficie lunar. Sin embargo, no se han especificado otros experimentos que se hayan podido llevar a cabo, aunque se sabe que la misión transportaba un rover equipado con tecnología celular de Nokia y un “centro de datos lunar” de estado sólido.
Desafíos técnicos y condiciones extremas
El fracaso de la misión se atribuye a la orientación de los paneles solares de Athena, que, combinada con la dirección del sol y las temperaturas extremas del cráter donde aterrizó, impidió que la nave recargara sus baterías. “La misión ha concluido y los equipos continúan evaluando los datos recopilados durante la misma”, indicó la empresa en un comunicado. Este contratiempo se produce en un contexto en el que Intuitive Machines ha sido seleccionada por la NASA para ayudar en el desarrollo de un sistema de comunicaciones lunar, un contrato que podría alcanzar un valor de hasta 4.8 mil millones de dólares, aunque solo 150 millones de esa cantidad están garantizados.