Recientemente, el presentador de televisión nocturna Jimmy Kimmel volvió a acaparar la atención tras el levantamiento de su suspensión por parte de ABC. Esta decisión polémica generó una rápida reacción del ex presidente Donald Trump, quien aprovechó su plataforma, Truth Social, para manifestar su descontento con el regreso de Kimmel a la televisión. Trump expresó: «No puedo creer que ABC Noticias Falsas le haya devuelto su trabajo a Jimmy Kimmel», evidenciando su habitual desdén por las narrativas mediáticas que no le favorecen.
En una respuesta ligera, Kimmel bromeó: «¿No puedes creer que me hayan devuelto mi trabajo? ¡Yo tampoco puedo creer que te hayamos dado tu trabajo de nuevo!» Este intercambio juguetón refleja una rivalidad de larga data entre el comediante y el ex presidente, que se ha desarrollado en el contexto de la política y el entretenimiento estadounidense.
El intercambio continúa
Las declaraciones de Trump no se limitaron a la incredulidad. El ex presidente también criticó a Kimmel, acusándolo de llenar la cadena con lo que él calificó como «99% de basura demócrata positiva». Además, insinuó la posibilidad de acciones legales contra ABC, afirmando: «La última vez que fui tras ellos, me dieron 16 millones de dólares», lo que sugiere que cree que sus quejas podrían resultar en beneficios económicos.
Kimmel, conocido por su aguda ironía, respondió: «Solo Donald Trump intentaría demostrar que no estaba amenazando a ABC al amenazar a ABC». Este intercambio no solo resalta el estilo cómico de Kimmel, sino también su habilidad para participar en un diálogo que conecta con su audiencia, mientras se burla de las absurdidades del discurso político.
Contexto de la Suspensión
El trasfondo de la suspensión de Kimmel es fundamental para comprender esta disputa en curso. Apenas unas horas antes de la suspensión, Brendan Carr, presidente de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC), lanzó amenazas contra la licencia de transmisión de ABC si la cadena no tomaba medidas contra Kimmel. Esta intervención generó inquietudes sobre la libertad de expresión y el posible exceso de intervención gubernamental en asuntos mediáticos.
Kimmel abordó estas tensiones de manera directa, cuestionando la sinceridad de los colaboradores de Trump que minimizaban la situación. Comentó sobre la ironía de las acciones del expresidente, afirmando: «Y luego, en el momento en que Trump está solo, se sienta en el inodoro y agarra su teléfono con esos deditos sucios». Sugirió que la naturaleza impulsiva de Trump a menudo socava cualquier narrativa que su equipo intente presentar.
Ratings y reputaciones
En el ámbito de los ratings televisivos, Kimmel destacó que, mientras Trump lo critica, el ex presidente enfrenta él mismo índices de aprobación desfavorables. Kimmel subrayó: «Él tiene algunos de los peores ratings que cualquier presidente ha tenido», enfatizando la ironía de que Trump hable sobre la audiencia cuando su propia popularidad está en entredicho.
Durante el segundo trimestre de este año, Kimmel logró atraer a 1.77 millones de espectadores, quedando solo por detrás de Stephen Colbert en el panorama de la televisión nocturna. Esta estadística contradice la afirmación de Trump de que el regreso de Kimmel no estaba justificado debido a su bajo rendimiento en ratings.
Entendiendo la Comedia
Kimmel se tomó un momento para aclarar sus motivaciones al abordar con frecuencia a Trump en su programa. Expresó: «Hablo de Trump más que de cualquier otra cosa porque es un matón. No me gustan los matones.» Esta afirmación encapsula la perspectiva de Kimmel sobre el comentario político como una forma de resistencia contra lo que él percibe como injusticia.
El comediante Jimmy Kimmel comparó a Donald Trump con el matón clásico del cine, afirmando: «Apoyar a este matón, sin importar de qué lado estés, es como apoyar a Biff de Volver al Futuro». La analogía de Kimmel subraya la absurda realidad de respaldar a alguien que encarna características negativas asociadas con el bullying tradicional.
Más allá de la disputa Trump-Kimmel
Aunque la conversación suele centrarse en Kimmel y Trump, el presentador también dirigió su atención hacia otras absurdidades que rodean al expresidente. Con humor, hizo referencia a la reciente solicitud de Trump para investigar un escalera mecánica defectuosa en las Naciones Unidas, comentando: «Trump no va a liberar los archivos de Epstein, pero realizaremos una investigación a fondo sobre quién detuvo su escalera». Esta observación nos recuerda los bizarros escenarios que a menudo dominan los titulares durante la carrera política de Trump.
El enfoque de Kimmel sobre el conflicto actual con Trump no solo revela la dinámica del entretenimiento político, sino también las implicaciones más amplias de cómo el humor puede servir como herramienta de comentario social. A medida que el panorama de la comedia nocturna sigue evolucionando, la habilidad de Kimmel para navegar en estas aguas lo mantendrá en la vanguardia de la sátira política.
