En un contexto de creciente resistencia a las políticas de eliminación de vehículos de combustión, el canciller alemán Friedrich Merz instó a la Unión Europea (UE) a mostrar “más flexibilidad” en la transición hacia los automóviles eléctricos. Este llamado se produjo durante la inauguración del Salón del Automóvil IAA en Múnich, donde los principales fabricantes de automóviles de Europa expresaron su preocupación por el futuro del sector.
La presión de la industria automotriz
La industria automotriz alemana, que incluye gigantes como Volkswagen, BMW y Mercedes-Benz, ha enfrentado desafíos significativos en su transición hacia la movilidad eléctrica. Merz, quien asumió el cargo en mayo, enfatizó la importancia de un marco regulatorio europeo que sea “inteligente, confiable y flexible”. Aunque no criticó abiertamente la fecha límite de la UE de 2035 para cesar las ventas de vehículos de combustión, sus comentarios reflejan la creciente preocupación por la competitividad frente a rivales chinos como BYD.
“Estamos comprometidos con la transición a la movilidad eléctrica”, declaró Merz. Sin embargo, subrayó la necesidad de una regulación que permita a los fabricantes adaptarse sin comprometer la eficiencia económica. La transición, aunque necesaria, debe ser equilibrada para asegurar la viabilidad del sector automotriz europeo.
Opiniones contrastantes en el evento
Durante el evento, el líder del estado de Baviera, Markus Söder, fue más contundente en su crítica. “Este ban de motores de combustión es erróneo”, afirmó, sugiriendo que la industria necesita más tiempo para adaptarse a los cambios propuestos. En su opinión, los motores de combustión todavía tienen un futuro en Europa, y un enfoque más gradual podría ser más beneficioso.
Desde el lado de la industria, Jan Vlasak, un profesional del software automotriz, respaldó las declaraciones de Merz, pidiendo una revisión del objetivo de 2035 y sugiriendo que debería posponerse entre cinco y diez años. Este consenso entre varios actores del sector resalta la urgencia de una respuesta adaptativa ante los rápidos cambios en el mercado.
Desafíos y oportunidades en el sector automotriz
La transición hacia los vehículos eléctricos (EV) ha sido lenta y llena de obstáculos. A pesar de que los fabricantes han invertido enormes recursos en esta transformación, las ventas no han crecido al ritmo esperado. Además, la industria se enfrenta a costos de producción en aumento y a una feroz competencia de fabricantes chinos, que han erosionado su cuota de mercado en el mayor mercado automotriz del mundo.
Según informes, más de 50,000 empleos en el sector automotriz alemán se han perdido en el último año, una situación que ha llevado a Volkswagen a planear 35,000 despidos entre ahora y 2030. La preocupación por el futuro del empleo en este sector es palpable, y muchos se preguntan cómo se puede asegurar una transición justa y sostenible.
Merz ha programado reuniones con los principales actores del sector automotriz para discutir una estrategia que permita a Alemania mantener su posición como líder en la fabricación automotriz. “Nuestro objetivo es que Alemania siga siendo uno de los lugares más relevantes para la industria automotriz y manufacturera en el futuro”, afirmó el canciller.
En contraste, más de 150 empresas del sector de vehículos eléctricos enviaron una carta abierta a Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, pidiéndole que no retroceda en el objetivo de 2035. Este tipo de presión refleja la división entre los defensores de una transición rápida hacia la movilidad eléctrica y aquellos que piden un enfoque más cauteloso.
La competencia también se intensifica con la presencia de más fabricantes chinos en la feria, con 14 expositores en comparación con solo 10 europeos. Esto subraya la necesidad de que los fabricantes alemanes respondan rápidamente para no quedar atrás en la carrera por la electrificación del transporte.