La República Checa se encuentra inmersa en un ambicioso proyecto que busca incrementar su capacidad de energía nuclear mediante la construcción de dos nuevos reactores en la planta de Dukovany. Esta iniciativa, con una inversión estimada de 19 mil millones de dólares, tiene como propósito fundamental disminuir la dependencia del país de los combustibles fósiles y asegurar un suministro eléctrico confiable y sostenible para el futuro.
Detalles del proyecto nuclear
La construcción de los nuevos reactores ha comenzado su fase inicial. Se han realizado sondeos geológicos a 140 metros de profundidad para garantizar la idoneidad del sitio. Este desarrollo no solo duplicará la producción de energía nuclear en la República Checa, sino que también fortalecerá su posición como uno de los países más dependientes de esta fuente energética en Europa.
La compañía surcoreana KHNP ha sido elegida para liderar este ambicioso proyecto, superando a la francesa EDF en el proceso de licitación.
Se anticipa que cada nuevo reactor generará más de 1,000 megavatios y se espera que estén operativos a finales de la década de 2030. Esto complementará los cuatro reactores actuales de 512 megavatios, que fueron instalados en los años 80.
Compromiso con la energía sostenible
El CEO del proyecto Dukovany, Petr Závodský, ha destacado que para el año 2050, se espera que entre el 50% y el 60% de la electricidad en la República Checa provenga de la energía nuclear.
Este cambio resulta esencial para que el país alcance sus objetivos de reducción de emisiones de carbono y responda a la creciente demanda de electricidad, impulsada por el aumento del uso de centros de datos y vehículos eléctricos.
La presión de las políticas medioambientales y la creciente demanda de energía han renovado el interés en la energía nuclear. A pesar de que genera residuos, esta forma de energía no produce gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono, que contribuyen al cambio climático.
Apoyo y desafíos en la expansión nuclear
La Unión Europea ha calificado la energía nuclear como una actividad económica sostenible, facilitando así el acceso a financiamiento para proyectos en este ámbito. Este respaldo no solo favorece a la República Checa, sino también a países como Francia, Hungría y Eslovaquia, que dependen en gran medida de esta fuente de energía.
Sin embargo, persisten preocupaciones sobre los costos involucrados y la viabilidad de dichos proyectos. Organizaciones como Friends of the Earth han señalado que los recursos podrían ser empleados de manera más eficiente en otras áreas de la industria energética. Además, la falta de un sistema permanente para el almacenamiento de residuos nucleares añade incertidumbre sobre el futuro de la energía nuclear en la región.
La influencia internacional y la seguridad energética
La República Checa ha dado pasos significativos para asegurar su independencia energética. Recientemente, firmó contratos con Westinghouse y Framatome para el suministro de combustible nuclear. Esta estrategia busca reducir la dependencia de fuentes rusas, especialmente tras la invasión de Ucrania. Además, la colaboración con KHNP incluye un acuerdo que garantiza el suministro de combustible durante una década.
A pesar del respaldo público hacia la energía atómica, persiste un escepticismo notable, sobre todo en países vecinos como Austria. Este país abandonó la energía nuclear después del desastre de Chernobyl. La oposición en Austria ha resultado en el rechazo por parte de su Parlamento a los planes de nuevos reactores nucleares en la República Checa, lo que refleja un panorama complejo respecto a la aceptación de la energía nuclear en Europa.
La expansión nuclear en la República Checa simboliza un paso importante hacia un futuro energético más sostenible y confiable. No obstante, persisten inquietudes, tanto a nivel nacional como internacional, sobre la seguridad y la gestión de residuos, aspectos que el país deberá abordar con seriedad.
