En las bulliciosas calles de Pekín, un juguete icónico ha conquistado los corazones de coleccionistas y aficionados: Labubu. Este personaje, una mezcla peculiar de conejo, demonio y elfo, ha trascendido sus orígenes para convertirse en un símbolo de fascinación cultural. Al entrar en la primera tienda de Pop Mart, mi curiosidad se refleja en la de dos jóvenes que también debaten sobre qué colección de Labubu desean llevarse a casa. La anticipación es palpable mientras todos esperamos sumar este codiciado peluche a nuestras colecciones.
No obstante, la realidad llega rápidamente cuando la dependienta nos informa que ninguno de los artículos deseados está disponible. En su lugar, sugiere unirse a un grupo de chat de fans para estar atentos a las alertas de reposición. Se hace evidente que obtener un Labubu no es meramente una cuestión de compra; es un juego de estrategia y comunidad.
El fenómeno global de Labubu
Labubu no es solo un juguete de peluche; es un ícono cultural que ha causado revuelo en todo el mundo. Desde su aparición en primera fila en la Semana de la Moda de Milán hasta convertirse en un producto codiciado en tiendas pop-up en el Louvre, la popularidad de Labubu no conoce límites. Celebridades como Lady Gaga y Madonna han abrazado a este personaje, elevando aún más su estatus. La expectativa en torno a Labubu ha generado incluso escenas caóticas entre compradores entusiastas, subrayando su deseabilidad.
En Tailandia, Labubu ha alcanzado un nivel de fama tal que se le reconoce como el embajador oficial del turismo. La imagen del personaje es tan omnipresente que se ha llegado a escuchar de pastillas de éxtasis con forma de Labubu en fiestas. La demanda es tan intensa que incluso han surgido versiones falsificadas, conocidas como Lafufus, cada una con un seguimiento dedicado. Esto ilustra una tendencia más amplia: Labubu es más que un juguete; representa una cierta moneda social.
Entendiendo la dinámica del mercado
Al explorar las diversas opciones para obtener un Labubu, me doy cuenta de que la competencia es feroz. En la era digital, los compradores potenciales deben interactuar con plataformas de redes sociales, como WeChat, para aumentar sus posibilidades. Las cifras son asombrosas: con una membresía limitada de 200 en mi grupo de chat, compito contra miles de fanáticos en una de las 400 ubicaciones de Pop Mart en China. La carrera por la compra se asemeja a una lotería de alto riesgo, donde solo los dedos más rápidos prevalecen.
Cuando se anuncian las alertas de reposición, la emoción se convierte en decepción para muchos. Por ejemplo, una alerta reciente para una versión de llavero de Labubu resultó en una subasta entre los miembros del grupo, con ofertas que se dispararon. Este frenesí demuestra hasta qué punto los fans están dispuestos a llegar para reclamar su premio, lo que a menudo conduce a precios de reventa que superan con creces los valores originales de venta.
Labubu como símbolo de significancia cultural
Notablemente, el atractivo de Labubu ha suscitado discusiones entre analistas y entusiastas. Amber Zhang, analista de inteligencia de datos, inicialmente dudó del fenómeno, pero ha llegado a reconocer la importancia de Labubu como un punto de referencia cultural. Ya no se trata solo de un asunto de gusto personal; es un consenso global que Labubu representa algo más grande.
Durante la primera mitad de 2025, los ingresos de Pop Mart se dispararon, reflejando la inmensa popularidad y resonancia cultural del personaje. Valuada en la asombrosa suma de $46 mil millones, Pop Mart se posiciona entre gigantes como Disney y Nintendo, lo que demuestra el poder de una marca local en un mercado global. El ascenso de Labubu no solo subraya el potencial de las marcas chinas, sino que también significa un cambio en las percepciones de los consumidores sobre los productos hechos en China.
El viaje creativo de Labubu
La historia de Labubu comienza con su creador, Kasing Lung, quien imaginó al personaje como parte de un libro infantil ambientado en un bosque mítico. Originalmente un personaje de fondo, Labubu rápidamente ganó tracción, lo que llevó a colaboraciones con Pop Mart. A través de asociaciones estratégicas y marketing innovador, Labubu pasó de ser un coleccionable de nicho a una sensación generalizada.
El concepto de caja sorpresa, una estrategia distintiva de Pop Mart, añade un elemento de sorpresa y emoción para los coleccionistas. Al adquirir estas cajas, los fans participan en rituales que intensifican la emoción de la búsqueda. Términos como rekuan (artículo caliente) y yincangkuan (artículo oculto) han ingresado al léxico de los coleccionistas, enfatizando el aspecto comunitario de este fenómeno.
No obstante, la realidad llega rápidamente cuando la dependienta nos informa que ninguno de los artículos deseados está disponible. En su lugar, sugiere unirse a un grupo de chat de fans para estar atentos a las alertas de reposición. Se hace evidente que obtener un Labubu no es meramente una cuestión de compra; es un juego de estrategia y comunidad.0
El futuro de Labubu
No obstante, la realidad llega rápidamente cuando la dependienta nos informa que ninguno de los artículos deseados está disponible. En su lugar, sugiere unirse a un grupo de chat de fans para estar atentos a las alertas de reposición. Se hace evidente que obtener un Labubu no es meramente una cuestión de compra; es un juego de estrategia y comunidad.1
No obstante, la realidad llega rápidamente cuando la dependienta nos informa que ninguno de los artículos deseados está disponible. En su lugar, sugiere unirse a un grupo de chat de fans para estar atentos a las alertas de reposición. Se hace evidente que obtener un Labubu no es meramente una cuestión de compra; es un juego de estrategia y comunidad.2