La última temporada de la antología de crímenes reales de Netflix, Monster, centra su atención en el infame asesino en serie y ladrón de tumbas, Ed Gein. Este agricultor de Wisconsin se convirtió en un nombre conocido en 1957, cuando las autoridades, investigando la desaparición de la comerciante local Bernice Worden, desenterraron sus restos y los de otros nueve víctimas en su hogar. El descubrimiento reveló que muchos de estos cuerpos habían sido profanados y transformados en objetos macabros, como lámparas, cuencos y máscaras.
Gein confesó haber asesinado a una víctima adicional y fue sospechoso en varios otros casos, incluyendo la muerte de su hermano y la desaparición de una niñera de un pueblo cercano. Aunque nunca se le acusó formalmente más allá de los dos asesinatos, los horripilantes relatos de sus crímenes consolidaron su estatus como una figura de terror. Su vida y acciones han inspirado a algunos de los personajes más infames del cine, como Norman Bates de Psycho, Leatherface de The Texas Chainsaw Massacre y Buffalo Bill de The Silence of the Lambs. Finalmente, Gein fue condenado por asesinato en primer grado, pero se le declaró legalmente insano, lo que resultó en su confinamiento en diversas instituciones de salud mental hasta su muerte en 1984, a los 77 años, debido a cáncer de pulmón y falla respiratoria.
Críticas mixtas a la representación de Monster
Con la fascinación de Estados Unidos por las narrativas de crímenes reales, era cuestión de tiempo que Netflix, junto a los productores Ryan Murphy e Ian Brennan, se enfocara en el hombre que inspiró a una multitud de monstruos ficticios. Estrenada el 4 de octubre, la nueva temporada ha recibido críticas predominantemente negativas. Los críticos han señalado su falta de una narrativa coherente y han descrito la representación de los crímenes y la vida personal de Gein como grotesca, “sensacionalista y descuidada.” La serie toma libertades significativas con la narración creativa, mostrando actos gráficos atribuidos a Gein que carecen de sustento en la realidad.
Hechos versus ficción en la historia de Gein
Dada la historia de Monster de mezclar realidad con dramatización, surge la pregunta de qué elementos de la historia de Ed Gein son fácticos versus ficticios. Nacido en Plainfield, Wisconsin, en 1906, Gein fue el menor de dos hijos de los padres George y Augusta Gein. El libro de Harold Schechter, Deviant, retrata a Augusta como una mujer devotamente religiosa que inculcó una visión fanática del mundo en sus hijos, particularmente respecto a la naturaleza corruptora de las mujeres. Consideraba a su esposo como una figura inútil y veía las relaciones sexuales como un “deber repugnante.” Cuando nació Ed, Augusta se sintió decepcionada, lo que la llevó a dedicar su vida a criar a sus hijos como individuos virtuosos, o al menos, como virtuosos en la medida que ella considerara posible.
Ed Gein tenía en alta estima a su madre, considerándola infalible. Los reportes sugieren que su padre, George, era un alcohólico violento que abusaba de sus hijos, mientras que Augusta también sometía a Ed a abusos físicos y emocionales. La infancia de Ed estuvo marcada por el aislamiento, ya que rara vez abandonaba la granja aislada, excepto para asistir a la escuela, donde la estricta disciplina de Augusta le impedía socializar con sus compañeros.
Las trágicas muertes de la familia Gein
George Gein falleció de insuficiencia cardíaca en 1940, y solo cuatro años después, el hermano de Ed, Henry, también murió en circunstancias sospechosas a los 43 años. Oficialmente se determinó que su muerte fue por insuficiencia cardíaca, pero ocurrió durante un incendio forestal que Ed estaba controlando. Cuando el fuego fue extinguido, Ed informó que Henry estaba desaparecido, solo para llevar a las autoridades directamente al cuerpo sin vida de su hermano. La falta de quemaduras o lesiones significativas en los restos de Henry levantó sospechas, generando especulaciones sobre la verdadera causa de su muerte, especialmente porque más tarde se notaron moretones en su cabeza. A pesar de estas discrepancias, no se realizó una autopsia y la determinación se mantuvo como asfixia.
Influencias en el perturbador comportamiento de Gein
Después de las muertes de sus familiares, Ed permaneció en la granja, manteniéndose a través de diversos trabajos ocasionales. Durante este período, se sumergió en revistas de entretenimiento y relatos sensacionalistas de aventuras, muchos de los cuales exploraban temáticas de canibalismo y las atrocidades cometidas durante el régimen nazi, particularmente asociadas con Ilsa Koch. La naturaleza exacta de la exposición de Gein a estos materiales sigue siendo incierta, aunque Monster sugiere que una mujer llamada Adeline Watkins lo introdujo a ellos. Sin embargo, los registros históricos indican que Watkins era simplemente una amiga y vecina de larga data, y no el catalizador de los inquietantes intereses de Gein.
En una entrevista de 1957, Watkins describió su relación con Gein como afectuosa, afirmando que habían salido durante aproximadamente dos décadas, pero luego retractó muchas de sus afirmaciones, aclarando que su relación romántica duró solo un año. A pesar de que Gein confesó dos asesinatos—Mary Hogan en 1954 y Bernice Worden en 1957—los inquietantes hallazgos dentro de su hogar llevaron a los investigadores a sospechar de él en varios casos no resueltos. Sin embargo, Gein negó consistentemente su participación en otros crímenes, y las pruebas de polígrafo lo exoneraron de más acusaciones, aunque la fiabilidad de tales pruebas es a menudo discutida. La representación de Gein en Netflix, sin embargo, implica una culpabilidad más amplia, sugiriendo que estuvo involucrado en la muerte de otros lugareños, incluida una niñera e incluso su propio hermano.
