En un entorno empresarial complejo, OpenAI ha optado por una estructura inusual al contar con dos CEOs. Sam Altman supervisa la investigación y los recursos computacionales, mientras que Fidji Simo, antigua directora ejecutiva de Instacart, se encarga de la parte comercial desde este verano.
A pesar de no estar físicamente en la oficina de OpenAI en San Francisco debido a una condición médica, Simo ha mantenido una presencia constante a través de plataformas digitales.
Su trabajo remoto no ha obstaculizado la comunicación fluida y ágil con su equipo, utilizando Slack como su herramienta principal para interactuar.
La misión de Simo en OpenAI
Desde su llegada, Fidji Simo ha asumido un papel crucial en la implementación de estrategias para monetizar las innovaciones de OpenAI, especialmente en el ámbito de ChatGPT. Con una carrera destacada en aplicaciones de consumo, Simo enfrenta un mercado competitivo que incluye gigantes tecnológicos como Google y Meta, además de startups emergentes fundadas por ex-empleados de OpenAI.
Enfrentando desafíos en la monetización
Simo ha reconocido que uno de los principales desafíos es el desajuste entre la inteligencia de los modelos desarrollados y su adopción por parte del público. “El reto que me mantiene despierta por la noche es que la inteligencia de nuestros modelos está muy por delante de su uso actual”, comenta Simo. Su objetivo es cerrar esta brecha y hacer que los avances tecnológicos de OpenAI sean accesibles y rentables.
Desde su llegada, ha supervisado el lanzamiento de Pulse, una herramienta que personaliza la información para los usuarios en función de su agenda, su historial de chat y sus comentarios. Además, Simo ha implementado una plataforma de empleo para certificar habilidades en inteligencia artificial y ha enfocado esfuerzos en mejorar las respuestas de ChatGPT en situaciones de crisis de salud mental.
La cultura de trabajo en OpenAI
En su hogar en Los Ángeles, Simo comparte un espacio cálido y acogedor con su familia, lo que contrasta con la presión que enfrenta al dirigir una de las startups más ambiciosas del mundo.
La misión de OpenAI es garantizar que la inteligencia artificial beneficie a toda la humanidad, y Simo está decidida a construir y escalar herramientas que hagan esto posible.
Adaptándose a la cultura remota
La cultura de OpenAI se basa en la colaboración física, pero Simo ha encontrado formas de construir confianza con su equipo a pesar de su ausencia. Al ser transparente sobre su condición de salud, ha logrado crear un ambiente de vulnerabilidad y apertura que fomenta un sentido de comunidad. “Desde el primer día, comuniqué mi situación a todos para que comprendieran mis limitaciones”, explica.
Este enfoque ha permitido que Simo se mantenga accesible y presente en la comunicación diaria, a pesar de no estar en la oficina. “Ser accesible a través de Slack me ha ayudado a mantenerme conectada con el equipo y a asegurarme de que todos se sientan apoyados”, añade.
Perspectivas futuras y rentabilidad
A pesar de que OpenAI es una de las startups más valiosas del mundo, también enfrenta pérdidas significativas. Sin embargo, Simo es optimista respecto a las oportunidades de rentabilidad. “La clave está en el tamaño de los mercados y el valor que proporcionamos. Antes, solo los ricos podían acceder a un equipo de asistentes. Con herramientas como ChatGPT, podemos ofrecer ese servicio a todos”, explica Simo.
El futuro de OpenAI se basa en la creación de soluciones que beneficien a diversas industrias. Al considerar el potencial de la inteligencia artificial empresarial, Simo ve un vasto campo por explorar, no solo en la creación de productos internos, sino también en facilitar que terceros desarrollen sobre su plataforma.
A pesar de no estar físicamente en la oficina de OpenAI en San Francisco debido a una condición médica, Simo ha mantenido una presencia constante a través de plataformas digitales. Su trabajo remoto no ha obstaculizado la comunicación fluida y ágil con su equipo, utilizando Slack como su herramienta principal para interactuar.0


