En el ámbito de la producción automotriz, una reciente lucha de poder en torno a Nexperia, un fabricante de semiconductores de origen chino y con sede en los Países Bajos, ha puesto en peligro la producción de vehículos a nivel mundial. La crisis se ha intensificado tras la intervención del gobierno holandés, que ha tomado medidas para controlar la empresa debido a preocupaciones de seguridad nacional.
La situación ha llevado a importantes fabricantes, como Honda, a detener la producción en su planta de Celaya, México, donde se ensamblan sus populares modelos HR-V destinados al mercado norteamericano. Este conflicto no solo refleja las vulnerabilidades en las cadenas de suministro tecnológicas, sino que también pone de manifiesto la compleja relación entre Europa, Estados Unidos y China en el ámbito de la tecnología.
El origen del conflicto en Nexperia
El conflicto comenzó a tomar forma a mediados de octubre, cuando el gobierno de los Países Bajos anunció su intervención en Nexperia, invocando una ley de la era de la Segunda Guerra Mundial que le permite asumir el control de empresas en situaciones de emergencia. Según el ministerio de economía holandés, esta acción fue necesaria debido a lo que describieron como graves deficiencias en la gobernanza de la empresa.
Wingtech Technology, el propietario chino de Nexperia, se ha visto en el centro de esta disputa. En un giro legal, un tribunal holandés accedió a la solicitud del ministerio de economía para destituir al CEO chino, Zhang Xuezheng, a raíz de advertencias de funcionarios estadounidenses sobre posibles sanciones comerciales.
Las implicaciones para la industria automotriz
Nexperia es un proveedor clave de semiconductores discretos, que son componentes esenciales en la fabricación de automóviles modernos. Estos chips se utilizan en una variedad de sistemas dentro de los vehículos, desde los controladores de luces LED adaptativas hasta los sistemas de gestión de baterías de vehículos eléctricos. La detención de la producción ha suscitado preocupaciones entre los principales fabricantes automotrices sobre la capacidad de encontrar proveedores alternativos en un corto plazo.
A pesar de que Nexperia representa solo un 5% del mercado de silicio discreto automotriz en términos de ingresos, su participación en volumen es considerablemente mayor. Esto significa que su ausencia puede tener un efecto dominó en la producción de vehículos, generando temores de pérdidas de producción en el último trimestre del año.
Reacciones de la industria y posibles soluciones
Los líderes de la industria automotriz han expresado su preocupación en recientes conferencias. Jim Farley, CEO de Ford, enfatizó la necesidad de una solución rápida para evitar pérdidas en la producción. “Es un problema que afecta a toda la industria”, afirmó, indicando que la búsqueda de alternativas es urgente.
Por su parte, Mary Barra, la CEO de General Motors, anunció que su empresa está trabajando intensamente con sus socios para mitigar posibles interrupciones en la cadena de suministro. Nissan ha destinado un fondo de 25 mil millones de yenes (aproximadamente 163 millones de dólares) para hacer frente a los riesgos de suministro provocados por la crisis de Nexperia.
Un rayo de esperanza en medio de la tormenta
La situación ha visto un giro positivo tras una reciente reunión entre los presidentes de Estados Unidos y China, que ha llevado a una aparente desescalada en las restricciones de exportación de chips. Aunque Nexperia ha informado que las exportaciones desde su planta en China se han reanudado, la incertidumbre persiste debido a problemas de pago entre las unidades de la empresa.
Con la intervención del gobierno holandés y las recientes confirmaciones de China sobre la reanudación de envíos, hay esperanzas de que la cadena de suministro de semiconductores se estabilice en los próximos días. Honda ha sido uno de los primeros en recibir la noticia de que las entregas de Nexperia desde China han comenzado nuevamente, lo que podría permitir que la producción en su planta mexicana se reanude en breve.
La situación ha llevado a importantes fabricantes, como Honda, a detener la producción en su planta de Celaya, México, donde se ensamblan sus populares modelos HR-V destinados al mercado norteamericano. Este conflicto no solo refleja las vulnerabilidades en las cadenas de suministro tecnológicas, sino que también pone de manifiesto la compleja relación entre Europa, Estados Unidos y China en el ámbito de la tecnología.0


