En los últimos años, la inteligencia artificial ha crecido de manera exponencial, alcanzando a más de 800 millones de usuarios en un lapso de solo tres años. Este avance tecnológico, sin embargo, plantea interrogantes sobre su impacto en nuestra capacidad de juicio y pensamiento crítico. Según el profesor de medios Petter Bae Brandtzæg, depender de herramientas como ChatGPT podría estar debilitando nuestras habilidades de razonamiento y reflexión.
Brandtzæg, quien realiza investigaciones en la Universidad de Oslo, ha estudiado cómo la IA generativa afecta tanto a los individuos como a la sociedad.
En su proyecto «Una sociedad impulsada por la IA», ha trabajado con el instituto de investigación SINTEF para analizar cómo esta tecnología redefine nuestras interacciones sociales y estructuras comunitarias.
La llegada de la inteligencia artificial
La irrupción de herramientas como ChatGPT ha cambiado la forma en que accedemos a la información y nos comunicamos. Brandtzæg señala que, a diferencia de las redes sociales, de las que podemos alejarnos, la inteligencia artificial está profundamente integrada en nuestras actividades cotidianas, desde procesadores de texto hasta plataformas de noticias.
Este hecho genera preocupaciones sobre cómo estas herramientas pueden estar afectando nuestras capacidades cognitivas.
AI-individualismo: un nuevo concepto
El auge de la inteligencia artificial ha dado lugar al concepto de “AI-individualismo”, que se basa en el marco de individualismo en red introducido a principios de los 2000. Este enfoque describe cómo la IA no solo permite crear redes sociales personalizadas, sino que también difumina las fronteras entre humanos y máquinas.
Brandtzæg argumenta que la IA puede satisfacer necesidades sociales y emocionales, promoviendo un comportamiento más autónomo, aunque esto podría debilitar los lazos comunitarios.
Impacto en la juventud y la toma de decisiones
En su investigación, Brandtzæg ha recopilado datos de estudiantes de secundaria sobre su relación con la IA. Un estudiante mencionó que herramientas como ChatGPT ofrecen respuestas directas a sus preguntas, eliminando la necesidad de buscar información en libros o en internet.
Otro estudiante señaló que la IA le proporciona apoyo emocional en momentos difíciles, lo que sugiere que la IA puede convertirse en un recurso vital para los jóvenes.
Preferencias por la IA en el asesoramiento
En un experimento reciente, se observó que muchos participantes preferían las respuestas de un chatbot a las de un profesional de salud mental. Más del 50% de los encuestados eligieron la información proporcionada por la IA, lo que destaca la poderosa influencia que esta tecnología puede tener en nuestras decisiones y creencias. Este fenómeno subraya la necesidad de entender cómo la IA generativa puede moldear nuestras percepciones y comportamientos.
El poder del modelo: la nueva realidad de la IA
Brandtzæg introduce el concepto de “poder del modelo”, que se refiere a la influencia que tiene la IA en la construcción de la realidad, de manera similar a cómo los medios y las instituciones han ejercido poder en el pasado. La IA no opera en un vacío; su contenido y respuestas se integran en informes públicos, investigaciones y enciclopedias, creando lo que él denomina una capa de IA que afecta nuestra comprensión del mundo.
Un estudio reciente reveló que el 91% de los noruegos expresa preocupación por la desinformación que puede surgir de herramientas de IA. Brandtzæg advierte que este tipo de tecnología puede contribuir a la propagación de información errónea, lo que podría erosionar la confianza en las instituciones públicas y en la misma IA. Dado que la mayoría de los modelos de IA se alimentan de datos estadounidenses, existe el riesgo de que las perspectivas y valores noruegos queden subrepresentados.
Desafíos y oportunidades para la regulación
Brandtzæg enfatiza la importancia de una regulación adecuada para gestionar el impacto de la IA en la sociedad. La concentración del poder en manos de unas pocas empresas tecnológicas plantea interrogantes sobre la diversidad y la representación de intereses minoritarios. El desafío radica en equilibrar la innovación con la necesidad de proteger los valores humanos fundamentales en un mundo donde la IA juega un papel cada vez más preponderante.


