La administración Trump está evaluando la posibilidad de cancelar dos misiones históricas de la NASA, que han sido fundamentales para que científicos y agricultores rastreen el dióxido de carbono y la salud de los cultivos. ¿Te imaginas el impacto que esto podría tener en la investigación sobre el cambio climático y nuestra salud ambiental?
Detalles de las misiones en peligro
Las misiones en cuestión, conocidas como **Observatorios de Carbono en Órbita (OCO)**, han transformado la manera en que recopilamos datos sobre el carbono y los gases de efecto invernadero desde su lanzamiento hace más de una década. El OCO-2 ha estado orbitando la Tierra desde 2014, con el objetivo de medir las fuentes regionales de dióxido de carbono y los *“sumideros de carbono”* que absorben estos gases. Por su parte, el OCO-3, lanzado en 2020, está acoplado a la Estación Espacial Internacional, ampliando la capacidad de las misiones anteriores para recopilar información valiosa.
Ambos satélites representan una inversión de aproximadamente **15 millones de dólares** en costos de mantenimiento anual. Aunque se esperaba que su equipo funcionara varios años más en el espacio, ya se han comenzado a plantear planes para su desactivación. ¿Por qué? En un contexto de recortes presupuestarios propuestos por la administración actual, la NASA está buscando asociaciones científicas privadas para mantener sus misiones.
Contexto político y científico
La situación se complica aún más en un entorno donde la administración Trump ha mostrado un enfoque hostil hacia la ciencia del cambio climático. En junio, el presidente ordenó el cierre del sitio federal **climate.gov**, después de una orden ejecutiva en mayo que establece un nuevo *“estándar de oro”* para la investigación científica federal. Esta normativa permite a los líderes de las agencias considerar cualquier investigación que no se alinee con sus criterios como *“conducta científica indebida”*.
Desde que comenzó su mandato, Trump ha ralentizado la inversión federal en el programa espacial. En 2019, se emitieron órdenes para restringir la investigación sobre modelado climático en evaluaciones federales, acompañadas de la eliminación de sitios web sobre cambio climático gestionados por la EPA. ¿Es este el futuro que queremos para la ciencia en nuestro país?
Protestas y preocupaciones de los empleados de NASA
En el último mes, la situación ha llevado a Sean Duffy, secretario de transporte y administrador interino de NASA, a empezar a reducir la fuerza laboral y la estructura de la agencia. Esto se alinea con un presupuesto propuesto para 2026 que contempla recortes de hasta **6 mil millones de dólares**, además de la eliminación de decenas de programas y misiones científicas. Varios empleados de la NASA han firmado una carta de protesta, denunciando que estas decisiones se toman en favor de la política en lugar de priorizar la seguridad humana y el avance científico.
La carta enfatiza la gravedad de desactivar naves espaciales y perder observaciones de misiones, así como los recortes en la investigación en *“ciencia espacial, aeronáutica y gestión de la Tierra”*. La desactivación de estas misiones no solo impacta a la NASA, sino que también podría tener repercusiones significativas para la comunidad científica y la sociedad en general. ¿Estamos realmente dispuestos a sacrificar nuestro futuro por decisiones políticas?