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¿Sabías que la industria, uno de los mayores responsables de las emisiones de dióxido de carbono (CO2), está dando pasos hacia una solución innovadora? Investigadores han comenzado a probar un método que no solo captura el CO2 emitido por industrias de alto consumo energético, sino que también lo convierte en productos químicos y combustibles útiles. Este avance podría ser clave para mitigar el impacto ambiental de sectores que, hasta ahora, parecían difíciles de transformar.
Desarrollo de la tecnología en Grecia
En noviembre de 2024, una mina de óxido de magnesio en Grecia se convirtió en el escenario de un emocionante experimento. Recibió siete contenedores especiales equipados con tecnología capaz de capturar CO2 y transformarlo en productos valiosos, todo en el mismo lugar. Este esfuerzo forma parte de un ambicioso proyecto llamado ConsenCUS, que involucra a siete países y tres sitios de prueba. Según el Dr. Haris Yiannoulakis, gerente de investigación y desarrollo de Grecian Magnesite, “acabamos de empezar a capturar CO2, lo que es un hito asombroso”.
Pero, ¿cuál es el verdadero objetivo de este proyecto? Más allá de simplemente capturar el CO2, se busca convertir este gas, famoso por contribuir al calentamiento global, en combustible para aviones. Esto podría llevar a una reducción significativa de las emisiones generadas tanto por la minería como por el transporte. Además, esta iniciativa se alinea perfectamente con los compromisos de la Unión Europea, que aspira a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 55% para 2030 y alcanzar la neutralidad climática para 2050.
El proceso de conversión de CO2
La conversión de CO2 en la planta piloto de Grecia se lleva a cabo en tres etapas, como explica Sara Vallejo Castaño, ingeniera química en el instituto de investigación Wetsus, en los Países Bajos. En la primera etapa, se utiliza una columna de captura que separa el CO2 de los gases de la fábrica, mezclándolo con agua y hidróxido de potasio. Este paso es crucial, ya que permite que el CO2 se disuelva y reaccione, formando carbonato de potasio, que atrapa el gas en forma líquida.
La segunda etapa implica el uso de electricidad para aumentar la acidez de la solución, liberando así el CO2. Este método es más sencillo y respetuoso con el medio ambiente que las técnicas tradicionales, que a menudo requieren calentamiento o productos químicos peligrosos. Finalmente, en la tercera etapa, el CO2 se convierte en ácido fórmico, un compuesto natural que se encuentra, por ejemplo, en las ortigas y en las picaduras de hormigas.
El ácido fórmico tiene múltiples aplicaciones en la industria química. Un uso interesante es en la producción de grasas y proteínas a partir de CO2, que podrían ser ingredientes valiosos en piensos para ganado y pescado. Además, los ácidos grasos generados podrían convertirse en sustitutos del combustible de aviación en el futuro. ¡Imagina las posibilidades!
Impacto en la industria del cemento y el futuro de la captura de carbono
Uno de los lugares más relevantes para probar esta nueva tecnología es Aalborg Portland, en Dinamarca, uno de los mayores fabricantes de cemento de Europa. Este gigante ha estado operando desde 1889 y produce hasta 1.8 millones de toneladas de cemento gris y 0.8 millones de toneladas de cemento blanco cada año. Según Jesper Damfoft, director de sostenibilidad de la empresa, “estamos reduciendo nuestra dependencia de los combustibles fósiles y disminuyendo las emisiones de CO2”.
A pesar de estos esfuerzos, la fabricación de cemento sigue generando CO2 debido a la mezcla de arena y cal que se calienta a altas temperaturas. Este proceso es responsable de una parte significativa de las emisiones globales, representando entre el 7% y el 8% de las emisiones totales en el mundo. Por eso, la captura y almacenamiento de CO2, o su conversión en productos útiles como el ácido fórmico, se presentan como caminos viables hacia la reducción de estas emisiones. Con un precio estimado de €150 por tonelada de CO2 para 2030, la necesidad de que las industrias europeas se adapten a estas nuevas tecnologías se vuelve cada vez más urgente.
La tecnología de captura de carbono estará en Grecia para pruebas hasta junio, y se espera que evolucione hacia una planta comercial. Esta colaboración entre múltiples socios de la industria y la investigación, que incluye a expertos de universidades de Canadá y China, es fundamental para el avance de estas soluciones tecnológicas.
Sin embargo, el éxito de estas iniciativas no solo depende de la tecnología. También es crucial la aceptación pública. Jacob Nielsenat, de la Universidad Robert Gordon en Escocia, ha investigado cómo involucrar a los ciudadanos en estas tecnologías. A través de un juego de cartas diseñado para fomentar discusiones sobre la captura de carbono, busca que la comunidad se sienta parte del proceso. “Si deseas que un proyecto avance, siempre es mejor involucrar a las comunidades para que se sientan parte de él”, concluye Nielsenat.
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