La historia de iRobot es un reflejo de la evolución tecnológica en Estados Unidos. Fundada en 1990 en Bedford, Massachusetts, por el destacado robotista del MIT Rodney Brooks junto a sus exalumnos Colin Angle y Helen Greiner, la empresa se convirtió en sinónimo de robots domésticos inteligentes. Sin embargo, tras 35 años en el mercado, iRobot presentó una solicitud de quiebra bajo el capítulo 11 el pasado domingo.
En sus inicios, Brooks se inspiró en el comportamiento de los insectos y cómo estos sistemas simples podían dar lugar a comportamientos complejos.
A partir de estas ideas, iRobot lanzó en 2002 el Roomba, un aspirador robótico que no solo se volvió popular, sino que también se convirtió en un término de uso común, utilizado incluso en memes y como herramienta para transportar gatos.
El auge financiero y la posterior caída de iRobot
El éxito financiero de iRobot llegó rápidamente, recaudando un total de $38 millones de dólares, incluyendo una importante inversión de The Carlyle Group.
En 2005, la empresa se hizo pública, logrando recaudar $103.2 millones en su oferta inicial. Para 2015, iRobot había alcanzado un nivel tal que decidió crear su propio fondo de inversión, lo que marcó un nuevo hito en su trayectoria.
Sin embargo, la historia tomó un giro inesperado en, cuando Amazon acordó adquirir iRobot por $1.7 mil millones. Este movimiento se interpretó como un paso significativo hacia la consolidación de la compañía dentro de un imperio comercial más grande.
Angle, quien había liderado la empresa desde su fundación, expresó su entusiasmo sobre el futuro de iRobot en un comunicado oficial.
Desafíos regulatorios y la caída de las acciones
A pesar de las expectativas, la adquisición se complicó debido a la intervención de reguladores europeos que temían que Amazon pudiera limitar la competencia en su plataforma. En enero de, el acuerdo se canceló, resultando en una caída del 31% en la fuerza laboral de iRobot y un desplome en el valor de sus acciones.
Desde, la empresa ya enfrentaba una disminución en sus ingresos, atribuida a problemas en la cadena de suministro y la competencia de vacuums robóticos más asequibles provenientes de China. Un intento de rescate financiero por parte de The Carlyle Group en solo retrasó lo inevitable. Finalmente, la compañía se vio obligada a buscar un nuevo camino.
La reestructuración y el futuro de iRobot
El nuevo capítulo para iRobot comenzará con la adquisición por parte de Picea Robotics, su principal proveedor y acreedor. Este acuerdo, anunciado el 14 de diciembre de, permitirá a iRobot continuar operando y desarrollando sus productos durante el proceso de reestructuración. La medida busca fortalecer la posición financiera de la empresa y garantizar su viabilidad a largo plazo.
De acuerdo con el plan de reestructuración, iRobot mantendrá su compromiso con los empleados y proveedores, asegurando pagos puntuales a los acreedores. La compañía espera que esta transición la posicione mejor para innovar en el campo de la robótica y los dispositivos para el hogar inteligente.
Impacto en los consumidores y el futuro de los productos
Los usuarios actuales de los productos de iRobot pueden estar preguntándose qué significa esta reestructuración para ellos. iRobot ha asegurado que, durante el proceso, todos sus productos seguirán funcionando, y los controles físicos de los dispositivos, como el Roomba, permanecerán operativos. Sin embargo, la capacidad de acceder a funciones avanzadas a través de aplicaciones y comandos de voz podría verse comprometida si la compañía no logra superar estos obstáculos.
La incertidumbre es palpable, y aunque el futuro de iRobot está en la cuerda floja, la esperanza reside en que la nueva dirección bajo Picea pueda revivir la marca y permitirle a la empresa volver a ser un líder en el sector de la tecnología doméstica.
