¿Quién diría que los disquetes, esos viejos aliados de la informática, volverían a estar en el centro de atención? En un giro sorprendente, el mundo del desarrollo de Linux ha decidido poner su mirada en esta tecnología que muchos consideran obsoleta. Un nuevo parche, que no se veía desde hace casi tres años, ha llegado para limpiar el antiguo código de los controladores de disquetes. Liderado por Andy Shevchenko, este esfuerzo busca eliminar macros que ya no se utilizan, reemplazar constantes desactualizadas y reorganizar los encabezados para facilitar el mantenimiento del código. Aunque a simple vista estos cambios pueden parecer menores, revelan que esta tecnología, a pesar de su edad, aún tiene un lugar en el ecosistema de Linux.
¿Qué hay de nuevo en el soporte de disquetes en Linux?
La reciente actualización nos invita a reflexionar sobre la relevancia de los disquetes en el mundo actual. Con el avance de la tecnología de almacenamiento, que ha dejado atrás las limitaciones de un disquete de 1.44MB, ahora contamos con SSDs que ofrecen capacidades de terabytes. Y ni hablar del almacenamiento en la nube, que ha hecho que los medios físicos sean casi cosa del pasado para la mayoría de los usuarios. Sin embargo, Linux sigue manteniendo soporte para el hardware de disquetes, a pesar de que el controlador se considera en gran medida huérfano y sin cambios significativos en años.
¿Pero por qué? Esto sugiere que todavía existen nichos, aunque pequeños, donde el acceso a disquetes sigue siendo útil. Un ejemplo curioso es la prisión estatal de Nueva Jersey, donde a los internos se les permite utilizar hasta 20 disquetes para almacenar datos relacionados con sus casos. Esta medida, adoptada por razones de seguridad, contrasta con la prohibición de todos los demás dispositivos de almacenamiento. Así que, a pesar de que muchos darían por muerta a esta tecnología, su existencia sigue siendo relevante.
El panorama incierto del mercado de disquetes
Hablemos del mercado de disquetes, que también está en la cuerda floja. Sony, que fue el rey en este sector, cesó la producción en 2010. Las pocas tiendas que aún venden disquetes lo hacen con un stock cada vez más limitado, en lugar de producir nuevos. Tom Persky, conocido como el “último hombre en pie” en la industria de disquetes, dirige floppydisk.com, uno de los pocos lugares donde aún se pueden conseguir. Curiosamente, Persky predijo en 2022 que la industria de los disquetes sobreviviría apenas «cuatro años más», lo que pone de manifiesto la precariedad de este mercado.
La escasez de nuevos discos y la disminución de las existencias hacen que la idea de un soporte activo para disquetes se vuelva cada vez más complicada de justificar. Así que, el parche de Linux no representa un renacimiento de los disquetes, sino que se enfoca en mantener el kernel limpio y ordenado. Sin mejoras funcionales significativas, los usuarios siguen lidiando con las limitaciones de un medio de almacenamiento arcaico, que apenas puede contener un solo documento moderno.
¿Qué nos depara el futuro?
Aunque los entusiastas de la tecnología pueden apreciar la preservación de la compatibilidad con sistemas heredados, el argumento práctico se debilita al compararlo con alternativas contemporáneas. Con el rendimiento, la durabilidad y la caída de precios de los SSD, depender de disquetes se siente más como un acto de nostalgia que como una necesidad real. Los controladores de disquetes pueden permanecer en Linux por un tiempo más, pero la reciente actualización subraya su estatus como poco más que una nota histórica en la evolución del software. ¿Qué piensas, tú también sientes que es hora de dejar atrás esos viejos disquetes?
