En agosto, OpenAI sorprendió al mundo tecnológico al presentar sus primeros modelos de código abierto en años. Este acontecimiento no solo atrajo la atención de gigantes de la tecnología, sino que también despertó el interés de la militaria estadounidense y contratistas de defensa. Para estos actores, la disponibilidad de estos modelos representa una oportunidad para integrar herramientas de inteligencia artificial en operaciones de alta seguridad.
A pesar de que los resultados iniciales sugieren que las herramientas de OpenAI no alcanzan el nivel de sus competidores en algunas capacidades, los proveedores militares están satisfechos de tener acceso a modelos de un líder de la industria. La llegada de los modelos gpt-oss-120b y gpt-oss-20b ha permitido a las empresas implementar soluciones que antes eran imposibles debido a restricciones de acceso.
Implicaciones para la inteligencia militar
Una empresa que ya ha comenzado a aprovechar estas nuevas herramientas es Lilt, especializada en traducción asistida por inteligencia artificial. Este proveedor trabaja con el ejército de EE. UU. en análisis de inteligencia extranjera. Debido a la naturaleza sensible de los datos que maneja, las soluciones de Lilt necesitan funcionar en servidores gubernamentales y sin conexión a Internet, conocido como air-gapping. Anteriormente, Lilt dependía de modelos propios o de opciones de código abierto como Meta’s Llama y Google’s Gemma, pero las herramientas de OpenAI no eran viables por ser de código cerrado.
Personalización y control
Con los nuevos modelos de código abierto, Lilt ahora puede operar localmente, instalando estos modelos directamente en sus dispositivos y personalizándolos según sus necesidades. Al tener acceso a los pesos del modelo—los parámetros que afectan su comportamiento ante diferentes entradas—los usuarios pueden adaptar las herramientas para funciones específicas. Esto abre un abanico de posibilidades no solo para Lilt, sino también para otras organizaciones que requieren flexibilidad en sus operaciones.
Competencia y cooperación en el sector de defensa
El regreso de OpenAI al mercado de código abierto podría provocar un aumento en la competencia, lo que a su vez podría resultar en sistemas más eficaces para la militaria, empresas de salud y otras entidades que manejan información sensible. Según una encuesta reciente de McKinsey, más del 50% de los líderes empresariales entrevistados indicaron que sus organizaciones utilizan tecnologías de inteligencia artificial de código abierto. Esto implica que diferentes modelos tienen fortalezas únicas y muchas organizaciones optan por usar múltiples modelos en conjunto para asegurar su fiabilidad.
Doug Matty, director digital y de IA del Departamento de Guerra, ha expresado que el Pentágono tiene planes de integrar la inteligencia artificial generativa en sistemas de combate y funciones administrativas. Para estas aplicaciones, será esencial contar con modelos que no dependan de la nube, ya que se requieren capacidades que sean adaptables y flexibles.
Desafíos y oportunidades
A pesar de las ventajas, algunos expertos advierten sobre los posibles inconvenientes de usar modelos de código abierto. Nicolas Chaillan, exdirector de software del Ejército del Aire de EE. UU., señala que estos modelos pueden ser propensos a errores y generar predicciones incorrectas más frecuentemente que los modelos comerciales de alta calidad. Además, aunque suelen ser gratuitos, la infraestructura necesaria para ejecutar los modelos más grandes podría terminar costando tanto o más que licenciar un modelo comercial a través de la nube.
Por otro lado, otros proveedores de tecnología militar argumentan que depender exclusivamente de modelos cerrados podría generar problemas de dependencia y no satisfacer las necesidades específicas de las fuerzas armadas. La diversidad de opciones es esencial para garantizar que el ejército tenga las herramientas necesarias en situaciones críticas.
La importancia de la independencia tecnológica
En este contexto, la independencia de los proveedores se vuelve crucial. Pete Warden, de la empresa Moonshine, ha notado un aumento en la cautela de las agencias gubernamentales hacia las grandes empresas tecnológicas, especialmente después de casos donde estas han influido en decisiones gubernamentales. Su enfoque se basa en permitir que las agencias controlen una copia perpetua del modelo de Moonshine a cambio de una tarifa única, lo que proporciona un nivel de autonomía valioso.
William Marcellino, quien desarrolla aplicaciones de IA en el grupo de investigación RAND, también destaca la importancia de modelos de código abierto que sean fácilmente controlables, ya que esto podría ayudar a las agencias militares y de inteligencia en proyectos específicos, como la traducción de materiales en dialectos regionales. Al final, la variedad de opciones puede ser un factor determinante para el éxito en la integración de la inteligencia artificial en operaciones militares.

