El acceso a la electricidad en la Nación Navajo ha sido un tema crítico durante décadas. En un esfuerzo reciente por combatir la falta de energía en la región, se han comenzado a instalar postes eléctricos y cables para llevar la electricidad a hogares como el de Christine Shorty, una residente de 70 años que finalmente podrá disfrutar de alivio contra las altas temperaturas del desierto de Arizona. Pero, ¿qué pasa con las más de 10,000 familias que todavía carecen de este recurso esencial?
Desafíos climáticos y falta de electricidad
La situación en la Nación Navajo es alarmante. Con veranos que alcanzan temperaturas de hasta 40 grados Celsius, la falta de aire acondicionado se convierte en un verdadero problema de salud pública. Christine Shorty expresa que el cambio climático ha incrementado el calor, dificultando la vida cotidiana. ¿No es increíble que en pleno siglo XXI todavía haya comunidades que sufran tanto por algo tan básico?
“Es un cambio significativo. Tener acceso a un ventilador y, posiblemente, un aire acondicionado, hará que nuestras vidas sean más llevaderas”, afirma Shorty. A pesar de que tiene un generador y paneles solares, la energía es limitada. Esto la obliga a elegir qué electrodomésticos usar, algo que muchos de nosotros no tendríamos que considerar.
La Nación Navajo, que se extiende por Arizona, Nuevo México y Utah, ha visto un progreso lento en la electrificación. Mientras que gran parte de Estados Unidos se electrificó en los años 30, aquí los esfuerzos no comenzaron hasta los años 60. Esto ha dejado a muchas comunidades en condiciones precarias, ¿te imaginas vivir así?
Iniciativas para la electrificación
Para abordar esta crisis, el gobierno semi-autónomo de la Nación Navajo lanzó el proyecto “Light Up Navajo” en 2019. Esta iniciativa humanitaria permite que empresas de electricidad de todo el país envíen empleados para trabajar en la electrificación de la reserva. Hasta la fecha, más de 5,000 familias han recibido electricidad, aunque el progreso aún es insuficiente.
Deenise Becenti, de la Autoridad de Utilidades de Navajo (NTUA), señala que la falta de atención durante décadas ha llevado a que muchas áreas queden desatendidas. “A la gente le sorprende que existan condiciones de tercer mundo aquí en Estados Unidos”, dice Becenti, enfatizando la urgencia de la situación. ¿No deberíamos todos ser parte de la solución?
A pesar de los esfuerzos, el tiempo se agota. Con el aumento de las temperaturas debido al cambio climático, las familias que aún carecen de electricidad se encuentran en “modo de supervivencia”, luchando contra un calor extremo que ya ha cobrado vidas. Elbert Yazzie, otro residente, ha perdido a un familiar por golpe de calor y ha experimentado la desesperación de vivir sin electricidad hasta hace poco. Es un recordatorio doloroso de que la falta de electricidad no solo es un inconveniente, sino que puede ser mortal.
Esperanzas y frustraciones en el camino hacia la electrificación
Gilberta Cortes, una madre de 42 años, expresa su frustración ante la lenta llegada de la electricidad a su hogar. Aunque se ha instalado un poste frente a su casa, ha vivido demasiadas falsas promesas. “Mis padres fueron prometidos electricidad cuando estaban en sus 20 años, pero nunca llegó”, comenta, reflejando el sentimiento compartido por muchos en la Nación Navajo. ¿Cuántas promesas más deben hacerse antes de que se cumplan?
La electrificación es más que un lujo; es una cuestión de dignidad y de calidad de vida. A medida que se continúan los esfuerzos, la esperanza persiste entre aquellos que han estado esperando durante años. Sin embargo, la comunidad enfrenta un largo camino por recorrer antes de que todos tengan acceso a la electricidad que merecen. ¿Qué podemos hacer nosotros para ayudar a que esta situación cambie?
