En el ámbito de la transición energética, China se encuentra en un momento crítico. Aunque el país es reconocido como líder global en la expansión de energías renovables, simultáneamente experimenta un aumento en sus proyectos de carbón. Este enfoque dual plantea interrogantes sobre cómo gestionará China su huella ambiental mientras satisface sus crecientes demandas energéticas.
Como el mayor emisor de gases de efecto invernadero, las políticas energéticas de China desempeñarán un papel fundamental en la respuesta global al cambio climático. A primera vista, el panorama parece favorable: vastas granjas solares cubren los áridos paisajes de China, y las instalaciones de energías renovables superaron la capacidad acumulada de Estados Unidos el año pasado. Además, el presidente Xi Jinping se ha comprometido a reducir las emisiones por primera vez. Sin embargo, la realidad es más compleja.
Aumento de la capacidad de carbón en medio del crecimiento renovable
A pesar de los avances en energía renovable, la primera mitad de este año vio un aumento notable en la capacidad de energía de carbón, alcanzando un pico en nuevos proyectos no visto en la última década. Según el Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio (CREA), China representó un sorprendente 93% de la nueva construcción de carbón a nivel mundial en 2024. Esta paradoja se atribuye en gran parte a la estrategia cautelosa de China de “construir antes de desmantelar”, como señala Muyi Yang, analista senior de energía en el think tank Ember.
Cautela estratégica de los responsables políticos
Los funcionarios chinos son reacios a desmantelar la infraestructura de carbón existente hasta que estén seguros de que las fuentes renovables pueden satisfacer efectivamente la demanda energética. Yang compara esto con un niño aprendiendo a caminar, señalando que errores, como interrupciones en el suministro o aumentos de precios, podrían socavar la confianza pública en la transición hacia una energía más limpia.
Las experiencias pasadas—particularmente las crisis de energía durante 2021-—han dejado a los responsables políticos con cautela. Problemas relacionados con precios, fluctuaciones en la demanda, complicaciones en la red y eventos climáticos extremos han llevado a un enfoque más conservador. Los expertos sugieren que, aunque la reforma de la red y las soluciones de almacenamiento de energía podrían mitigar problemas anteriores, muchos funcionarios optan por aumentar la capacidad de carbón como una medida de protección, incluso si esta permanece subutilizada.
Factores económicos y demanda energética
Desde una perspectiva económica, el rápido aumento en el consumo eléctrico de China ha superado incluso el crecimiento récord de las instalaciones renovables. Aunque hay indicios de que para 2025, las energías renovables podrían finalmente igualar la demanda energética, persisten desafíos. El crecimiento más lento de la demanda y la continua rentabilidad del carbón lo han convertido en una opción atractiva para muchas empresas del sector.
Limitaciones de infraestructura y la naturaleza despachable del carbón
Otro factor que complica el paisaje energético es la disparidad geográfica entre las fuentes de energía renovable y los centros de población. Gran parte del potencial de energía renovable de China se ubica en áreas remotas, lo que dificulta la transmisión de electricidad a largas distancias, aumentando finalmente los costos. David Fishman, experto en energía de China en la consultora Lantau Group, destaca que, aunque China trabaja para mejorar su infraestructura para el comercio de energía a larga distancia, aún no está completamente equipada para manejar la demanda.
Además, la energía de carbón tiene la ventaja de ser un recurso despachable, lo que significa que puede ajustarse fácilmente en su producción, a diferencia de la energía solar y eólica, que dependen del clima. Myllyvirta señala que, para acomodar el crecimiento de las renovables, serán necesarios ajustes en las operaciones de las plantas de carbón para permitir mayor flexibilidad.
El futuro de la energía en China
De cara al futuro, el fin de las tarifas de alimentación ha introducido una nueva dinámica donde los proyectos renovables deben competir en el mercado abierto. Fishman advierte que la actual demanda de energía verde puede no ser suficiente para sostener altos niveles de expansión de capacidad. Sin embargo, el gobierno chino aún tiene influencia a través de políticas que podrían fomentar una mayor adopción de energía renovable.
China se ha fijado metas ambiciosas, apuntando a alcanzar 3,600 gigavatios de capacidad eólica y solar para 2035. No obstante, esto podría no ser suficiente para satisfacer las futuras demandas energéticas, lo que podría llevar a un aumento adicional en la dependencia del carbón. Es esencial señalar que, aunque las nuevas adiciones de carbón están en aumento, no siempre se traducen en un incremento de las emisiones; actualmente, las plantas de carbón de China operan a solo aproximadamente el 50% de su capacidad.
Como el mayor emisor de gases de efecto invernadero, las políticas energéticas de China desempeñarán un papel fundamental en la respuesta global al cambio climático. A primera vista, el panorama parece favorable: vastas granjas solares cubren los áridos paisajes de China, y las instalaciones de energías renovables superaron la capacidad acumulada de Estados Unidos el año pasado. Además, el presidente Xi Jinping se ha comprometido a reducir las emisiones por primera vez. Sin embargo, la realidad es más compleja.0