En un movimiento que podría transformar el panorama de la inteligencia artificial en Estados Unidos, la gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, firmó la ley conocida como RAISE. Este acto legislativo posiciona al estado como pionero en la creación de un marco regulatorio que busca asegurar el uso responsable y seguro de tecnologías emergentes.
Aprobada inicialmente por los legisladores en junio, la ley RAISE enfrentó una fuerte presión por parte de la industria tecnológica.
En respuesta, Hochul propuso ciertas modificaciones. No obstante, finalmente se alcanzó un acuerdo que permitió la firma de la ley en su forma original, dejando las revisiones para una sesión legislativa futura.
Detalles clave de la ley RAISE
La ley RAISE impone a los desarrolladores de inteligencia artificial de gran tamaño la obligación de publicar información sobre sus protocolos de seguridad y reportar cualquier incidente relacionado con la seguridad al estado en un plazo de 72 horas.
Este enfoque busca fomentar una mayor transparencia y responsabilidad en el sector, abordando las preocupaciones sobre el uso potencialmente dañino de la inteligencia artificial.
Consecuencias por incumplimientos
Las sanciones por la falta de presentación de informes de seguridad o por hacer declaraciones falsas son severas. Las empresas pueden enfrentarse a multas que alcanzan hasta un millón de dólares por infracciones iniciales, y hasta tres millones para violaciones posteriores. Este marco de penalizaciones refleja la seriedad con la que Nueva York aborda la seguridad en el ámbito de la inteligencia artificial.
Un esfuerzo conjunto con California
La legislación de Nueva York no se desarrolla de manera aislada. La gobernadora Hochul se refirió a la reciente ley de seguridad en inteligencia artificial firmada por el gobernador de California, Gavin Newsom, como un modelo a seguir. Hochul enfatizó que este esfuerzo conjunto establece un benchmark unificado entre los dos estados más influyentes en tecnología en el país, especialmente en un momento en que el gobierno federal aún no ha implementado regulaciones coherentes en este ámbito.
Reacciones de la industria tecnológica
Las reacciones dentro de la industria tecnológica han sido diversas. Algunas empresas, como OpenAI y Anthropic, han expresado su apoyo a la ley RAISE, instando además a la creación de legislación federal para estandarizar las regulaciones a nivel nacional. Sarah Heck, de Anthropic, destacó que el avance de Nueva York y California en la legislación de transparencia en la inteligencia artificial debería motivar al Congreso a actuar en consecuencia.
No obstante, no todos los actores del sector tecnológico están alineados con esta nueva norma. Un super PAC, respaldado por figuras influyentes como Andreessen Horowitz y el presidente de OpenAI, Greg Brockman, busca desafiar a uno de los patrocinadores de la ley, el asambleísta Alex Bores, quien ha reconocido el enfoque directo de estos grupos en su oposición a la regulación.
Desafíos federales y la dirección del futuro
El contexto legislativo se complica aún más debido a una reciente orden ejecutiva firmada por el expresidente Donald Trump, que instruye a las agencias federales a desafiar las leyes estatales sobre inteligencia artificial. Esta orden, respaldada por el asesor de inteligencia artificial de Trump, David Sacks, marca un nuevo intento por limitar la capacidad de regulación de los estados y probablemente enfrentará desafíos legales en el futuro.
A medida que la ley RAISE entra en vigor y se establecen nuevas oficinas dentro del Departamento de Servicios Financieros para supervisar el desarrollo de la inteligencia artificial, queda por ver cómo se implementarán efectivamente estas regulaciones y cómo responderán las empresas. La era de la inteligencia artificial sin supervisión está llegando a su fin, y Nueva York está tomando la delantera en este nuevo capítulo de innovación responsable.
