El robo de joyas en el Louvre ha generado un intenso debate sobre la seguridad de este icónico museo. Delincuentes, disfrazados de trabajadores de construcción, lograron sustraer piezas valoradas en aproximadamente 88 millones de euros.
A medida que se desvelan los detalles de este audaz delito, surgen preocupaciones sobre las fallas de ciberseguridad y la ineficacia de los sistemas de vigilancia.
Deficiencias en la seguridad del Louvre
Un informe reciente ha revelado que la contraseña utilizada para acceder al sistema de vigilancia del Louvre era sorprendentemente simple: “LOUVRE”. Este hecho pone de manifiesto una alarmante falta de atención hacia la ciberseguridad en una de las instituciones culturales más emblemáticas del mundo.
Además, se ha confirmado que el museo operaba con sistemas obsoletos como Windows 2000 y Windows Server 2003, carentes de la protección antivirus necesaria. Aunque no está claro si estos fallos estaban presentes durante el robo de octubre de 2025, un informe anterior de 2014 ya había advertido sobre la vulnerabilidad de los controles, alarmas y sistemas de videovigilancia.
Un análisis de auditoría previo
La Agencia Nacional de Ciberseguridad de Francia (ANSSI) realizó una auditoría en 2014 que concluyó que el acceso a los sistemas de seguridad del Louvre estaba en riesgo debido a la negligencia en ciberseguridad. Este informe advirtió sobre la posibilidad de que un atacante pudiera tomar control de los sistemas y facilitar el robo de obras de arte.
Los resultados de esta auditoría han cobrado nueva relevancia tras el robo, ya que demuestran que se han ignorado las recomendaciones necesarias para mejorar las defensas del museo. La falta de cámaras de vigilancia también es notable, ya que solo el 39% de las salas estaban cubiertas por cámaras el año pasado, limitando la capacidad del museo para detectar incidentes en tiempo real.
La respuesta del gobierno y planes de mejora
Tras el asalto, la ministra de Cultura de Francia, Rachida Dati, reconoció la existencia de “brechas de seguridad” en el Louvre, aunque inicialmente defendió que los sistemas de seguridad no habían fallado durante el robo. Dati ha propuesto la creación de un nuevo departamento de seguridad para abordar las deficiencias identificadas.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha anunciado planes para financiar un nuevo espacio para exhibir la Mona Lisa mediante recargos a visitantes no europeos. Este enfoque sugiere un intento de priorizar la seguridad y la conservación del patrimonio cultural, aunque muchos critican que estas medidas llegan demasiado tarde.
Futuro incierto y lecciones aprendidas
A pesar de que cuatro sospechosos han sido arrestados, las joyas robadas aún no han sido recuperadas. Esto plantea interrogantes sobre la efectividad de las medidas de seguridad implementadas en el museo. La situación actual del Louvre es un llamado de atención sobre la importancia de fortalecer tanto la ciberseguridad como los sistemas de seguridad física.
Con un presupuesto operativo anual de 323 millones de euros, el Louvre ha sido criticado por priorizar gastos en adquisiciones de obras de arte y reformas estéticas en lugar de mejorar sus infraestructuras de seguridad. Un informe de la oficina nacional de auditoría de Francia señala que las recomendaciones de seguridad realizadas hace más de una década no se completarán hasta 2032.
A medida que se desvelan los detalles de este audaz delito, surgen preocupaciones sobre las fallas de ciberseguridad y la ineficacia de los sistemas de vigilancia.0


