Un equipo de científicos de la Universidad del Sur de California (USC) y el Instituto de Tecnología de California (Caltech), junto con la startup Calcarea, ha dado un paso gigante en la lucha contra el cambio climático. Han desarrollado un sistema innovador que podría eliminar hasta el 50% del dióxido de carbono (CO2) emitido por los buques. Este avance, que ya ha sido publicado en la revista Science Advances, se presenta como una solución prometedora para reducir las emisiones de un sector que ha sido complicado de descarbonizar: el transporte marítimo. ¿Te imaginas el impacto que esto podría tener en nuestro planeta?
Detalles de la innovación en la captura de CO2
El sistema que han diseñado se inspira en un proceso natural que ya lleva a cabo el océano para amortiguar el CO2. Cuando un barco navega por el mar, el CO2 de sus gases de escape se absorbe en el agua que se bombea a bordo, lo que la vuelve ligeramente más ácida. Pero aquí viene la parte interesante: esta agua se canaliza a través de un lecho de piedra caliza, donde se produce una reacción entre el ácido y la roca, generando bicarbonato, un compuesto seguro y que ya existe en el agua de mar. Finalmente, el agua tratada, libre de CO2, se devuelve al océano. ¡Es un ciclo fascinante!
William Berelson, profesor en el USC Dornsife College, destaca la simplicidad del proceso: “Lo que es hermoso de esto es lo simple que es. Estamos acelerando un proceso que el océano ya utiliza, pero lo hacemos en un barco, logrando así reducir las emisiones a gran escala”. ¿No es increíble cómo la naturaleza puede ser nuestra mejor aliada en la tecnología?
Un enfoque complementario para la sostenibilidad marítima
El transporte marítimo representa cerca del 3% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Aunque existen soluciones como combustibles de bajo carbono y electrificación, estas a menudo resultan costosas o poco prácticas para largas travesías. Aquí es donde el enfoque del equipo de investigación entra como una estrategia complementaria. Jess Adkins, cofundador y CEO de Calcarea, señala: “Vemos nuestro enfoque como una estrategia complementaria que podría ayudar a los barcos a reducir su impacto ambiental sin grandes rediseños”.
Los investigadores han llevado a cabo pruebas en laboratorio que validan los elementos clave de este proceso, utilizando cantidades controladas de agua de mar, piedra caliza y CO2. Los resultados se alinearon estrechamente con las predicciones teóricas, lo que les da la confianza para escalar su modelado y aplicarlo a embarcaciones reales. ¿Quién no querría ver esta tecnología en acción?
Impacto ambiental y futuro del sistema
Además, la investigación ha incluido modelos oceánicos sofisticados para evaluar cómo afecta la liberación de agua rica en bicarbonato al mar. Simulaciones que seguían a un barco hipotético viajando repetidamente entre China y Los Ángeles durante diez años mostraron un impacto despreciable en el pH y la química del océano, validando así la seguridad ambiental de esta tecnología. ¡Un alivio, sin duda!
Los investigadores estiman que si se adopta esta técnica a gran escala, podríamos reducir las emisiones de CO2 relacionadas con el transporte marítimo en un 50%. “Esta es la escala que necesitamos si queremos hacer un impacto real en las emisiones globales”, comentó Berelson. Aunque el cambio no sucederá de la noche a la mañana, esto demuestra el potencial de lo que podemos lograr.
El avance académico avanza a la par de Calcarea, que ya está en conversaciones iniciales con transportistas comerciales para explorar programas piloto que probarían la tecnología en buques operativos. Con el diseño de un sistema escalable, Calcarea busca integrar esta tecnología en embarcaciones existentes y acelerar el camino desde el laboratorio hasta el océano. ¿Estamos ante un cambio de juego en la industria marítima?