La creciente demanda de soluciones de almacenamiento eficientes y potentes ha generado un notable interés por el enfriamiento por inmersión. Este método se presenta como una alternativa viable, especialmente a medida que las densidades de potencia en los centros de datos siguen aumentando. Un ejemplo destacado es un SSD poco conocido, pero impresionante, de la empresa polaca Goodram Enterprise, que ha lanzado un disco que promete revolucionar el almacenamiento empresarial.
El nuevo modelo, que forma parte de la serie DC25F, ofrece una increíble capacidad de 122.88TB y se conecta a través de la interfaz PCIe 5.0. Esta unidad ha sido diseñada específicamente para operar en entornos de enfriamiento por inmersión, lo que la convierte en una opción única en su clase. A diferencia de los discos duros convencionales, este SSD aprovecha las ventajas del enfriamiento líquido, permitiéndole soportar condiciones que otros discos no podrían tolerar.
Características técnicas del SSD de Goodram
El dispositivo utiliza QLC NAND en dos formatos: E3.S y E3.L, ambos orientados a servidores que requieren inmersión directa en líquido. Entre sus especificaciones, destacan velocidades de lectura de hasta 14.6GB/s y escritura de 3.2GB/s. Aunque estas cifras son impresionantes, es fundamental señalar que este SSD está más enfocado en la capacidad que en la velocidad pura, lo que lo hace ideal para almacenar grandes volúmenes de datos.
Durabilidad y rendimiento
La durabilidad es otra característica que merece mención especial. Goodram ha calificado la resistencia de este SSD en 0.3 escrituras diarias durante cinco años, alineándose con otras soluciones de alta capacidad orientadas a datos fríos y cálidos. Esto implica que, aunque el enfoque principal es la capacidad, el rendimiento diario también está optimizado para satisfacer las necesidades de las empresas.
La empresa asegura que su unidad ha sido validada con fluidos dieléctricos comúnmente utilizados en tanques de enfriamiento por inmersión, incluyendo formulaciones de compañías reconocidas como Shell y Chevron.
Este respaldo garantiza que estos SSD están diseñados para resistir la exposición prolongada a condiciones de inmersión sin sufrir degradación eléctrica.
El panorama del enfriamiento por inmersión
A pesar de la notable capacidad y la innovadora tecnología de enfriamiento por inmersión, el lanzamiento de Goodram no ha recibido la atención que podría esperarse. No se llevó a cabo una campaña de lanzamiento significativa, lo que ha dejado a muchos en la industria sin conocer la existencia de este producto. En contraste, otras empresas están explorando el potencial de soluciones de almacenamiento que utilizan enfriamiento por líquido.
Otras innovaciones en el mercado
Empresas como DapuStor han compartido sus esfuerzos para implementar SSDs adecuados para inmersión en plataformas de servidores de telecomunicaciones. Al mismo tiempo, Solidigm ha presentado unidades NVMe enfriadas por líquido, diseñadas para servidores de inteligencia artificial densos, que utilizan placas frías en lugar de líquido dentro del propio SSD. Estos desarrollos indican que el enfriamiento por inmersión no es un enfoque aislado, sino que representa una tendencia emergente en la industria del almacenamiento.
Incluso marcas enfocadas en el mercado de consumidores, como XPG, han experimentado con SSDs PCIe 5.0 enfriados por agua, aunque estas iniciativas estaban dirigidas a sistemas de entusiastas en lugar de centros de datos. La exploración de estas tecnologías muestra un cambio en la forma en que se aborda el enfriamiento y la gestión del calor en el almacenamiento moderno.
El futuro del almacenamiento empresarial
Con la llegada del SSD de 122.88TB de Goodram Enterprise, se abre un nuevo capítulo en la narrativa del almacenamiento empresarial. La combinación de elevada capacidad y tecnología de enfriamiento por inmersión promete no solo una mejora en la eficiencia, sino que también desafía las limitaciones del almacenamiento tradicional. A medida que más empresas comienzan a adoptar esta tecnología, es probable que se replanteen cómo se gestionan los recursos en un entorno de datos intensivos en el futuro.


