En un mundo automotriz que avanza a gran velocidad, Tesla se destaca por sus innovadoras actualizaciones de software over-the-air (OTA). A diferencia de los fabricantes tradicionales, que han invertido miles de millones sin alcanzar capacidades similares, Tesla ha adoptado rápidamente esta tecnología desde su introducción en 2012. La posibilidad de actualizar vehículos de forma remota ofrece a los propietarios una comodidad comparable a la de los usuarios de smartphones, permitiendo disfrutar de mejoras sin necesidad de visitar un concesionario.
El compromiso de Tesla con las actualizaciones OTA es notable. Según Jean-Marie Lapeyre, CTO de Capgemini para el sector automotriz, la empresa logró implementar un sorprendente total de 42 actualizaciones en solo seis meses en un momento dado. En contraposición, muchos fabricantes tradicionales solo realizan actualizaciones aproximadamente una vez al año, lo que resalta una brecha significativa en la industria.
La evolución del software en la industria automotriz
Históricamente, el software ha sido considerado un componente secundario en los fabricantes de automóviles tradicionales, a menudo visto como una característica adicional. Sin embargo, para empresas como Tesla y sus pares nativos digitales—como Rivian, Lucid y varias marcas chinas como BYD y Xpeng—el software representa el núcleo de sus operaciones. Este cambio de paradigma resalta la relevancia de los vehículos definidos por software (SDVs) en el diseño automotriz moderno.
El desafío de los fabricantes de automóviles tradicionales
A pesar de que General Motors fue pionera en la funcionalidad OTA con su sistema OnStar en 2010, ha quedado rezagada respecto a Tesla en la variedad de actualizaciones ofrecidas. Mientras que la mayoría de las actualizaciones de los fabricantes tradicionales se centran en ajustes de infotainment, las actualizaciones de Tesla pueden modificar significativamente el rendimiento del vehículo, mejorando aspectos como la autonomía o la aceleración. Esta notable diferencia pone de manifiesto la lucha constante de los automóviles tradicionales por adaptarse a un panorama en evolución.
A pesar de que los procesadores a bordo son una constante en los vehículos desde la década de 1970, el software desarrollado por los fabricantes tradicionales fue concebido para tener una larga vida útil, manteniéndose en gran medida estático durante más de dos décadas. Sin embargo, el panorama automotriz está cambiando rápidamente. La complejidad de las plataformas de software de los vehículos está aumentando aproximadamente un 40% anualmente, según datos de McKinsey. Actualmente, se estima que en los Estados Unidos hay alrededor de 69 millones de vehículos capaces de recibir actualizaciones OTA, lo que refleja una tendencia en crecimiento.
Implicaciones financieras y modelos de suscripción
A medida que los ingresos por ventas de automóviles tradicionales disminuyen, los fabricantes de automóviles buscan monetizar las capacidades OTA a través de servicios de suscripción. Un claro ejemplo es Tesla, que ofrece características como el Acelerador de Potencia por una tarifa única, o una suscripción mensual para servicios de conectividad premium, que mejoran la experiencia del usuario con datos en tiempo real y capacidades de streaming. Sin embargo, estas estrategias enfrentan desafíos; por ejemplo, BMW recibió críticas en 2022 por un modelo de suscripción que cobraba por funciones de calefacción de asientos ya instaladas en los vehículos.
Recolección de datos y preocupaciones de los clientes
La tecnología OTA no solo permite actualizaciones, sino también la recolección de datos, lo que plantea posibles problemas de privacidad. Andrej Karpathy, exjefe de inteligencia artificial de Tesla, comentó sobre cómo la compañía utiliza una función denominada Shadow Mode. Esta característica refleja el comportamiento del conductor y lo carga para su análisis, contribuyendo así al desarrollo continuo de las capacidades de Full Self Driving. Aunque los usuarios aceptan estos términos, las implicaciones de la recolección de datos pueden generar incomodidad a medida que los consumidores toman conciencia de cómo se utiliza su información.
Además, el riesgo de bloquear vehículos—un término que se refiere a dejarlos inoperativos a través de actualizaciones de software—ha surgido como una preocupación. En un incidente notable, un superauto de Xiaomi valorado en $73,000 perdió potencia tras una actualización OTA, lo que provocó la indignación de los clientes que se sintieron engañados sobre las capacidades de su vehículo. Esta situación resalta la tensión continua entre los fabricantes de automóviles y los consumidores respecto al control del software.
El futuro del software automotriz
El enfoque centrado en el software de Tesla se basa en sus orígenes como startup tecnológica, lo que permite una toma de decisiones ágil y mejoras rápidas. A diferencia de los fabricantes de automóviles tradicionales, que enfrentan obstáculos burocráticos, los equipos más pequeños de Tesla facilitan adaptaciones rápidas a los comentarios, como se demostró con una solución OTA para el sistema de frenos del Model 3 tras recibir reseñas negativas.
A medida que la industria automotriz se transforma, las empresas están invirtiendo cada vez más en inteligencia artificial y sistemas de computación central para mejorar la funcionalidad de los vehículos. Los fabricantes enfrentan el reto de integrar numerosas unidades de control electrónico (ECUs) en sistemas más simplificados, un proceso lleno de desafíos. Un ejemplo de esto es Rivian, que ha reducido sus ECUs de 17 a solo siete en sus últimos modelos, buscando así una mejor rendimiento sin comprometer la seguridad.
La transición hacia la inteligencia artificial en los vehículos es innegable. Empresas como Volvo han establecido alianzas con gigantes tecnológicos como Google para potenciar sus ofertas. En un mundo donde los consumidores esperan que sus vehículos evolucionen, los fabricantes tradicionales deben abrazar esta transformación para mantenerse competitivos.
A medida que la competencia se intensifica, especialmente por parte de fabricantes chinos con sólidas trayectorias tecnológicas, el dominio de Tesla en el ámbito de las actualizaciones por aire (OTA) podría enfrentar desafíos. Marcas como Huawei y Xiaomi están preparadas para innovar, aprovechando su experiencia en tecnología móvil para redefinir las capacidades del software automotriz. El camino por delante es incierto, pero una cosa es clara: el futuro del automóvil estará determinado por la capacidad de los fabricantes para adaptarse a la era de los vehículos impulsados por software.