El programa Saturday Night Live (SNL) cerró el año con un sketch cargado de humor y sátira. El presidente Donald Trump, interpretado por James Austin Johnson, protagonizó un episodio festivo, rodeado de decoraciones navideñas y una chimenea ornamentada. En esta ocasión, se abordó el caso de Jeffrey Epstein, un tema recurrente en el programa.
Este episodio marcó la primera aparición de SNL tras la reciente divulgación de nuevos documentos relacionados con Epstein, que se hicieron públicos el viernes y fueron eliminados rápidamente el sábado.
Este contexto sirvió de telón de fondo ideal para que el programa, conocido por su crítica política mordaz, vuelva a tratar este escabroso asunto.
Los hechos
En su discurso, el personaje de Trump hizo referencia a una reciente renovación del Kennedy Center, donde se incluyó su apellido en el nombre. Con un tono burlón, insinuó que también sería apropiado cambiar el nombre del Monumento a Washington y el Memorial de Lincoln para incluir su nombre.
“Estoy poniendo mi nombre en tantos edificios porque tuvimos que quitarlo de muchos expedientes”, dijo, aludiendo a los documentos de Epstein y su contenido altamente redactado.
Las consecuencias
El sketch no se detuvo ahí. En un momento cómico, el Trump de SNL comentó: “Había tantos ‘Trumps’ en esos documentos que teníamos que encontrarlos un lugar”. Esta línea provocó risas en el público, subrayando cómo el programa combina la crítica política con el humor.
La forma en que SNL aborda temas serios, como la corrupción y el escándalo, a través de la comedia es una de sus características más distintivas.
Referencias culturales
El sketch también incluyó otros temas absurdos, como el anuncio de un nuevo juego titulado Patriot Games, que Trump describió como una versión distópica de los Juegos del Hambre. Además, se mencionó a Venezuela y, curiosamente, a la famosa banda de música folk Indigo Girls, lo que añade un toque surrealista al discurso del presidente ficticio.
En un intento por aportar un toque navideño, el personaje de Trump declaró que estaba organizando su propia versión de la Natidad, donde reyes de Oriente traen regalos, pero en lugar de oro, incienso y mirra, se supone que le traen “un trato de casino en Dubái”. Esta interpretación cómica de la historia bíblica resalta la habilidad de SNL para mezclar la tradición con la sátira contemporánea.
Último desarrollo
El último episodio del año de SNL se presenta como un resumen irónico de los acontecimientos políticos y sociales que han marcado el año. A través de su humor característico, el programa invita a la reflexión sobre la figura de Trump y las controversias que lo rodean, especialmente en relación a Epstein. Este tipo de contenido no solo entretiene, sino que también ofrece un espacio para que el público considere las implicaciones de estas narrativas en el contexto actual.
Así, SNL continúa siendo un espejo de la realidad política estadounidense, utilizando la comedia para abordar temas complejos. Este episodio, en particular, ha demostrado que incluso en la temporada festiva, la sátira política puede ofrecer críticas agudas y relevantes, asegurando que el público esté informado, aunque entre risas.