Un cambio histórico en la aviación
El presidente Donald Trump firmó el pasado viernes una orden ejecutiva que pone fin a la prohibición de 52 años sobre los vuelos supersónicos en el territorio estadounidense. Esta decisión representa un cambio de política significativo, que se produce pocas semanas después de que los legisladores presentaran una legislación bipartidista con el mismo objetivo. La orden instruye a la Administración Federal de Aviación (FAA) a levantar la prohibición de vuelos supersónicos sobre tierra y a establecer estándares de certificación basados en el ruido, permitiendo así el viaje más rápido que el sonido, siempre que no se produzca un estruendo audible en el suelo.
Impulsando la innovación en la aviación comercial
Michael Kratsios, director de la Oficina de Política de Ciencia y Tecnología de la Casa Blanca, comentó que “la realidad es que los estadounidenses deberían poder volar de Nueva York a Los Ángeles en menos de cuatro horas”. Esta medida podría acelerar el desarrollo de vuelos comerciales supersónicos, incluyendo los esfuerzos de la empresa Boom Supersonic. En enero, el demostrador XB-1 de Boom se convirtió en la primera aeronave civil desarrollada de forma privada en romper la barrera del sonido sobre el territorio continental de EE. UU.
Reacciones de la industria y el futuro de los vuelos
Al ser consultado sobre la orden, el CEO de Boom, Blake Scholl, expresó su entusiasmo con un simple “¡Booooom!” en un correo electrónico. Scholl añadió que “la barrera del sonido nunca fue física, sino regulatoria. Con la legalización de lo supersónico, el regreso de los vuelos de pasajeros supersónicos es solo cuestión de tiempo”. Además, Trump firmó otras dos órdenes ejecutivas relacionadas con el futuro de la aviación: una para acelerar la comercialización de drones y el desarrollo de vehículos de despegue vertical eléctrico, y otra para establecer un grupo de trabajo federal sobre las restricciones de vuelo de drones.